Al mismo tiempo, IATA ha recortado a la mitad los beneficios previstos del sector en 2011. La tímida relajación del oro negro estas últimas semanas aporta un cierto rayo de esperanza y los analistas empiezan a mejorar su visión sobre el sector en bolsa.

La aviación comercial va a sufrir durante este año un duro golpe en sus resultados a cuenta del encarecimiento del petróleo y su impacto en la factura de combustible. Los resultados trimestrales de Vueling y de la nueva Iberia-British Airways lo corroboran. Las previsiones de Spanair, también. Es un factor de preocupación para un sector que ve con optimismo la recuperación del turismo en España y con incertidumbre la debilidad de la demanda interna.

En los cuatro primeros meses del año algo más de 57 millones de pasajeros transitaron por los aeropuertos españoles, un 9,1% más que en 2010. Un Incremento sin duda importante que se ha visto favorecido por la situación de tensión en Oriente Medio y el Norte de África y el impacto provocado en el mismo periodo de 2010 por la erupción del volcán islandés.

El tráfico doméstico, por el contrario, se mantiene estancado en un + 0,4% y las ventas aéreas de las agencias de viaje españolas muestran un descenso de 1,3% respecto a 2010. Los datos que baraja la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (Acata), que aglutina el 85% de los pasajeros transportados en España, apuntan a que esta tendencia continuará, según explica su presidente, Manuel López Colmenarejo.

De hecho, la mayoría de las compañías cotizadas que han publicado datos trimestrales, muestran una evolución negativa de resultados frente al primer trimestre de 2010. Ello está provocando anuncios de reducciones de capacidad o ralentización de crecimientos de grandes compañías.

Y es que el combustible representa ya el 30% de los costes operativos totales, según la IATA. La organización internacional ha reducido el beneficio previsto de las aerolíneas en un 50% para el presente año. Estas estimaciones globales de la IATA tienen una especial incidencia en Europa, que presenta una recuperación más débil que el resto de los mercados, y donde las compañías aéreas se ven aquejadas, además, por problemas de productividad y altos costes regulatorios.

IAG, matriz de Iberia y British Airways cerró el primer trimestre con 33 millones de euros de beneficio, pero debido a beneficios fiscales. De hecho, la partida de gasto relevante que más subió fue precisamente la de combustible, un 30,9 por ciento, hasta los 1.128 millones de euros. Vueling ha cuadruplicado sus pérdidas entre enero y marzo, hasta alcanzar los 23,2 millones de euros. El incremento del precio del combustible ha disparado un 20% los costes de combustible de Vueling hasta marzo, elevándola hasta los 41 millones de euros en tres meses.

La factura de queroseno de Spanair, por su parte, ha crecido un 15% en el arranque del año, más allá de lo presupuestado. La aerolínea aplica desde febrero recargos adicionales por combustible en sus vuelos, que mantendrá hasta que el barril de brent vuelva a los niveles de septiembre y octubre de 2010, sobre los 80 dólares.

El puntal del turismo

En definitiva, una amenaza para uno de los sectores que puede hacer de locomotora de la recuperación. López Colmenarejo, explica que las compañías aéreas son el puntal del turismo, nuestra principal industria, “baste recordar que el 77% de los turistas llegados a España lo hace en avión. En 2010 nuestro país recibió 52,7 millones de turistas, un 1% más que en 2009. En lo que llevamos de año esta cifra ha experimentado un crecimiento del 4,5% respecto al mismo periodo del año anterior”.

Según las estimaciones de Aceta, cada mil nuevos pasajeros suponen la creación de un puesto de trabajo directo y casi tres indirectos, la contribución del sector al PIB se aproxima al 7%. El volumen de negocio de las compañías aéreas españolas en 2010 ascendió a 10.000 millones de euros.