Estupefacción

20/02/2017

Josep M. Orta.

Siguiendo lo que dicen los medios de comunicación de Madrid y las interpretaciones que hacen tanto políticos como comentaristas uno tiene la sensación de no vivir en Catalunya.

Parece que algunos confunden sus deseos con la realidad y otros imitan la táctica de Goebbels de repetir una y otra vez una mentira hasta conseguir que el personal crea que es verdad.

Unos hablan de que en la sociedad catalana hay una crispación, incluso de violencia, y hasta han tenido la osadía de hacer paralelismos con el terrorismo de ETA cuando en realidad Catalunya es un remanso de paz, sólo perturbado por las campañas de agitación de determinadas minorías, algunas mediáticamente muy activas, que desvirtúan la realidad.

De la misma manera que hace unos años hicieron correr la falacia que no se podía visitar Catalunya sin saber catalán y después orquestaron una campaña sobre la enseñanza del catalán (poco más de un centenar de familias han pedido este curso colegios donde el castellano fuera la lengua vehicular) ahora hablan que la sociedad catalana está enfrentada por el tema del referéndum. Populares y Ciudadanos, a los que últimamente se han sumado los socialistas tras el cambio de camisa del PSC, dibujan una situación de confrontación alarmante que espantaría a cualquiera.

La realidad es muy distinta. Han habido -la última el pasado sábado- manifestaciones multitudinarias -con centenares de miles de personas en la calle- sin que se haya producido ningún incidente. También ha habido concentraciones españolistas, aunque estas no han llegado a reunir más que a unos pocos miles de personas y la mayoría han sido testimoniales.

Es cierto que las posturas sobre un hipotético referéndum la opinión puede estar dividida, pero faltaría más, cada uno es libre de pensar lo que quiera y este tema no es el protagonista de las conversaciones habituales. Concretamente estos días las discusiones en la calle se centran en los desastres del Barça (y en Catalunya también hay seguidores del Madrid y no por ello se han de producir situaciones tensas).

Más bien en Catalunya hay un sentimiento general del maltrato que recibe del gobierno central, ahora del PP y antes socialista. Ha sonado a chiste que hagan pasar por inversiones en el corredor mediterráneo (una obra que relanzaría la economía de toda la costa mediterránea) se justifiquen en las conexiones de las estaciones de Atocha con las de Chamartin o la conexión con Barajas.

También se habla en Catalunya de los casos de corrupción y estos días se ha recibido con estupefacción -e incluso con indignación- la sentencia del caso Noos. En fin temas de conversación bastante comunes con los que tienen el resto de los españoles. Otra cosa es que esta situación a algunos no les guste y que haya un sector importante de la sociedad que aspire a tener un estado propio.

Digan lo que digan los políticos y los medios de comunicación, Catalunya es un remanso de paz y quien diga lo contrario o es por ignorancia o por mala fe. Lo que sí que consiguen es crear en una parte importante de España una catalanofobia que se sabe donde empieza y es más difícil de controlar su evolución.

¿Te ha parecido interesante?

(+5 puntos, 5 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.