Son muchos los que critican -para mi con toda la razón- las iniciativas del nuevo presidente de los Estados Unidos Donald Tramp. es muy fácil encarnizarse con quien está muy lejos y en la mayoría de los casos ni tan siquiera le lleguen esas críticas (es dudosa que Mariano Rajoy se las haga llegar).

Sin embargo muchos de los que se rasgan las vestiduras con las decisiones ajenas no usan la misma vara de medir con las propias. ¿O es que en la comunitaria Europa no hay muros? ¿Acaso la Unión Europea no tiene campos de refugiados e incluso promueve una cierta forma de alquiler para que terceros países los instalen? ¿No es menos cierto que las deportaciones de los sin papeles en la civilizada Europa es tan contundente como la que promete el presidente de los norteamericanos?¿Acaso no es Bruselas quien invita a que este año deporten a un millón de inmigrantes? ¿Alguien se olvida que el gobierno de Rajoy pretendía dejar sin asistencia sanitaria a los sin papeles? ¿Cómo es que ningún país haya cumplido su compromiso europeo de acoger a un determinado número de inmigrantes y las autoridades comunitarias no hacen nada?

No seamos cínicos. Está muy bien indignarse con la política de Donald Tramp, pero no estaría de más que en vez de ver la viga en el ojo ajeno también se miraran en el espejo para comprobar que esta viga también la lucen en su cara.