La vuelta de Albert Boadella a los escenarios es un acontecimiento. Por solo cuatro días, el cómico catalán – azote de independentistas pero también de toda impostura – representa en los Teatros del Canal este tierno, reflexivo y monumental repaso a la vida y obra de quien fue fundador y director de una de las compañías fundamentales del teatro tardofranquista y de la Transición, en un sentido amplio de la palabra, como es Els Joglars. El espectáculo, que ha agotado sus entradas, estará solo cuatro días en cartel aunque vuelve a Madrid a partir del 19 de abril.

Una salva de aplausos y bravos premió este miércoles el preestreno absoluto de esta reflexión sobre su propia vida que el cómico catalán estrena esta semana en los Teatros del Canal de Madrid. El autor de La Torna, pero también de entre otras Daaali, Ubu President y La increíble historia del Doctor Floïd & Mister Pla, repasa desde el escenario el conjunto de su producción artística, así como sus ideas más destacadas en torno al arte y la realidad.

La función, tierna y divertida, se estructura muy sencillamente sobre una alfombra roja central, donde Boadella se desdobla, primero, en los diferentes personajes que lo habitan y que encarnan sus asumidas contradicciones. Pero también en un sinfín de personalidades con las cuales este hombre de teatro total cruzó sus pasos algún día en el trascurso de su dilatada carrera, desde los desafortunados mimos que fueron objeto de sus travesuras infantiles, hasta el juez del tribunal militar que lo debió juzgar – de no mediar una rocambolesca fuga del hospital –, pasando por su despreciado Jordi Pujol o el monarca emérito, una de cuyas conversaciones Boadella presenta a los ojos del público con singular comicidad.

Además, una serie de proyecciones ilustran con vídeos y fotografías algunos de los espectáculos más señeros de Boadella, la mayor parte de las veces con Els Joglars, la compañía fundada por él mismo en el año 1962; sin olvidar algunos de los espectáculos auspiciados por Boadella, ya como director de los Teatros del Canal de Madrid a partir de 2009.

Finalmente Boadella se encarama a una suerte de púlpito, donde, tras colocarse la estola, lanza sus imprecaciones y reflexiones diversas en torno a sus temas predilectos, como son el arte y su relación con la belleza, la función del artista, el esnobismo del llamado arte contemporáneo, la situación del teatro actual, el valor de la música y, como no, la situación política en Cataluña, un país en el cual se “ha perdido el sentido del ridículo”, según define el cómico catalán al auge de la opción independentista en esa comunidad.

No hay temas nuevos en este espectáculo, salvo quizás la reinvidicación de la música y de la poesía incorporada por el artista catalán en los años de su espléndida madurez. Ahora bien, para quien comulgue con las ideas del personaje, constituye una auténtica delicia contemplarle en plena representación. Al cómico que fue, le bastan un par de brazadas para representar a Rajoy y sus atléticos andares; al oscuro Pujol de los tiempos de Banca Catalana; y a un sinnúmero de personajes que, de la mano de Boadella, cobran vida sobre las tablas del Teatro del Canal.

El espectáculo, en fin, que tras cuatro días en Madrid – las entradas están agotadas – marcha ahora a Valencia para volver al teatro Marquina a partir del 19 de abril, constituye una auténtica maravilla. Sobre la escena Boadella recuerda la figura de grandes actores y creadores totales, como Dario Fo. Una oportunidad única de contemplar a este asumido bufón, de extraordinarias inteligencia y lucidez.

No se lo pierdan.