Antonio Rojano, autor de DioSK – la crónica de la caída en desgracia del penúltimo director del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss Khan – obtuvo en 2016 el galardón Lope de Vega, el más antiguo en España, por su obra Furiosa Escandinavia. Este premio, concedido por el Ayuntamiento de Madrid, se sumaba así a la exitosa carrera del dramaturgo cordobés, que ya obtuviera en 2005 el premio nacional de teatro Calderón de la Barca, que otorga el ministerio de Cultura, por su obra Sueños de arena.

Ahora, y después de obtener por el camino una beca del madrileño Teatro Kamikaze, Rojano, en compañía del director de escena Victor Velasco – con quien ya montara la mencionada DiSK –, estrena en el Teatro Español, en la pequeña sala Margarita Xirgu, esta premiada Furiosa Escandinavia.

Para ello, Velasco divide el escenario en dos partes. Por un lado, el proscenio – si es que cabe hablar de proscenio en una sala de estas dimensiones – que queda convertido en un corredor, separado del público por una valla, a modo de terraza o galería. Al fondo, la otra parte, que representa un par de habitaciones de un piso moderno, con su cocina-salón y su dormitorio; separado del público todo el conjunto por puertas de cristal correderas. De tal modo que la representación queda en ocasiones separada del público por este cristal.

Con ello Velasco consigue reforzar la idea de fragmentación que preside la obra, cuyo asunto gira en torno a la evanescencia de los recuerdos, cuando no sobre su completa falsedad. El asunto es nimio. Una mujer que sufre una ruptura amorosa. Y poco más. Salvo las apariciones de algunos antiguos amigos y de un enigmático cowboy que acompaña la aventura.

El estilo del texto se quiere lírico. La argumentación huye de la trama. Los hechos ficcionados pudieron nunca suceder. Una poética que se acompaña de proyecciones de textos sobre la proustiana En busca del tiempo perdido. Y de músicas cercanas al universo new age.

En su día, el jurado del premio municipal aplaudió de esta Furiosa Escandinavia “la integración de lenguajes artísticos”, la “originalidad e innovación del texto” y la “visión escénica” en relación a sus “potencialidades escénicas” y a la “dimensión literario-dramática”, tanto de su lenguaje, como de su estilo, diálogos, poética y acotaciones.

Para incondicionales del arte conceptual.