IU es la tercera fuerza en el conjunto del país, con 147.881 sufragios, el 5,31 por ciento, lo que supone 776 concejales, mientras que Unión, Progreso y Democracia (UPyD), que se presenta en todas las provincias, logra 41.766 votos (1,50%) y 55 ediles.

Entre las formaciones de ámbito territorial, CiU cosecha 132.277 votos  (4,75%) y 1.622 concejales, el PNV recibe 99.011 sufragios (3,56%) que le proporcionan 501 ediles.

Hace cuatro años, en los últimos comicios municipales, el PP ganó las elecciones con 7.916.075 votos (35,62 por ciento) que le proporcionaron 23.348 ediles. El PSOE quedó en segundo lugar con 7.760.865 votos (34,92 por ciento), si bien ganó en número de concejales (24.029 ediles). Izquierda Unida, en aquellas circunscripciones donde concurrió en solitario, logró 1.217.030.votos (5,48 por ciento) y 2.034 concejales.

El PSOE asume que «no será una buena noche»

Por su parte, el PSOE ha valorado las primeras encuestas pie de urna reconociendo que, si se confirman los datos, «no será una buena noche para el PSOE», que se prepara para un «retroceso» que «posiblemente» supondrá la «pérdida de gobiernos municipales y autonómicos».

Así se ha expresado la portavoz del comité electoral, Elena Valenciano, nada más cerrarse los colegios electorales. Valenciano ha atribuido esos previsibles resultados a la «expresión de un malestar colectivo legítimo y comprensible» por la crisis económica. «Creemos que apunta a una noche difícil para nosotros y a un malestar clarísimo por parte de la sociedad española que nosotros comprendemos perfectamente», ha asegurado.

A su juicio, si se confirma la augurada derrota del PSOE será un resultado «directamente relacionado con la crisis económica, y sus efectos sobre la sociedad española y el estado de ánimo colectivo», especialmente por el golpe que supone el desempleo. «Mucha gente lo está pasando muy mal y esta es la primera vez que han podido pronunciarse a través de su voto desde que la crisis nos golpea», ha argumentado. Desde finales de 2008 ha habido varias citas electorales –autonómicas vascas, gallegas y catalanas– pero una sola de ámbito nacional, las europeas de 2009.

Sin embargo, a preguntas de los periodistas, ha dejado claro que hablaba de un «malestar» ciudadano por la crisis que el PSOE acepta y comprende, pero que no se ha referido en ningún momento a la gestión que de ella ha hecho el Gobierno socialista. Es más, ha recalcado que «cada territorio tendrá su análisis» –que ha dejado para más adelante, cuando se conozcan cifras definitivas– y que aún no es momento de extraer lecciones y hablar de consecuencias de los resultados.