Xavier Trias saborea su victoria invirtiendo el día después haciendo declaraciones. Como la pregunta era obvia: ¿Con quien pactará para configurar una mayoría? La respuesta es clara: “No me gusta hablar de gobernar en minoría, prefiero definirlo como gobernar sólo”. Añade que “queremos hacer un cambio en las maneras de hacer y actuar. Quiero ser el alcalde de todos”. Sí que se mostró preocupado por la elevada abstención que fue del 49%. Sus quince concejales, sin embargo, quedan lejos de los 21 miembros que dan la mayoría absoluta.
Con estas palabras deshacía –al menos de momento- la pretensión del PP de “ser decisivos” y acceder a las áreas de gobierno. Al fin y al cabo su partido ha obtenido una contundente victoria, logrando las alcaldías de Girona y Barcelona y está por ver lo que pasará en Tarragona, además de obtener las cuatro diputaciones y aumentando en cincuenta mil los votos logrados hace cuatro años.
Otro dato significativo es el gran despegue del PP con un discurso contra la inmigración y especialmente significativo ha sido el caso de Badalona, donde García Albiol, con un discurso que rayaba la xenofobia, se convertía en la primera fuerza política de la ciudad y solo un pacto ent re PSC, CiU e IC podría quitarle la alcaldía. Por otra parte los populares dejan de ser un partido extraño en Catalunya, pasando de tener 284 concejales a los 473 logrados ayer . Su radicalismo en temas de la inmigración se vio acompañado por el fulgurante ascenso del racista Plataforma por Catalunya de Josep Anglada, que con mensajes “primero los de casa” o que lo único que se ha de facilitar a los emigrantes es el camino de vuelta a casa.. No sólo en Vic –donde nació el movimiento- se mantiene como segunda fuerza política de la ciudad, si no que sus 57.000 votos en Catalunya le representan 67 concejales (tenía 17) y entra en ayuntamientos del cinturón rojo como l´Hospitalet (por cierto, donde el PP se hace fuerte este partido apenas tiene votos).
Por otra parte los socialistas –perdiendo casi todo su poder y casi un cuarto de millón de votos- y ERC-que pierde más de 75.000 votos- han afrontado esta contienda en plena crisis interna tras el resultado de las autonómicas de noviembre. Con unas direcciones provisionales prefirieron apurar su crisis en la jornada de ayer y reiventarse en los congresos que celebraran en los próximos meses y que supondrá radicales cambios en sus direcciones y un nuevo discurso.
Y en este mapa de la política oficial contrasta con los “indignados” que mantienen su concetración en la Plaça Catalunya y pretenden extender el movimiento por los barrios de toda la ciudad. Además han convocado una gran manifestación para el 15 de junio y la simpatía que han encontrado en muchos sectores de la ciudad, aunque ellos fueron los grandes olvidados de la noche electoral.
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