Hay en el Ibex un especial interés en no profundizar en las caídas con doble vertiente, técnica y psicológica. Será por eso que ha logrado cerrar en verde.

No creo, es más, descarto, que el Ibex pueda comportarse siquiera de lejos como un líder para los mercados europeos. Para eso están índices más solventes por peso específico, como el Dax, o por diseño plurinacional, como el Eurostoxx. Pero no deja de ser significativo el ahínco que está poniendo el selectivo español en no caer.

Ayer minimizó el impacto de los recortes y hoy ha logrado cerrar ligerísimamente al alza tras haber sufrido una apertura de esas que en otro momento nos hubieran llevado directos al aquelarre bajista.

¿Qué pasa con el Ibex? Me van a permitir que me apoye en un gráfico:

Desde que el selectivo español conquistó la cota psicológica de los 10.200 puntos no ha vuelto a retroceder en un cierre por debajo de ella, a pesar de las enormes dificultadas que han pasado los mercados en los dos últimos días y que quedan muy claros con este gráfico del Dax:

Desde luego parecen muy diferentes los comportamientos de ambos índices en los últimos tiempos y en la sesión de hoy se han evidenciado aún más las diferencias. Mientras el Dax parece conformarse, el Ibex lucha por no perder el terreno conquistado después de tanto tiempo.

El selectivo español ha defendido no sólo la cota de los 10.200 puntos, sino que ha evitado esta misma mañana penetrar en el rectángulo marcado en el gráfico. Hacerlo sería tanto como certificar que esa zona debe ser recorrida en su integridad, el típico ‘tapar el hueco’ y el Ibex tiene especial interés en no volver sobre sus pasos de forma tan radical.

Pero por si la comparación con el Dax no fuera suficiente, hay otros ejemplos de cómo un índice se deja ir en las correcciones. Veamos al Aex holandés:

Sólo cabe decir que al menos ha vuelto al nivel de la apertura de hoy, pero el índice holandés parece en este momento más inoperante que su compatriota el bocachancla Dijsselbloem, ése jefe del Eurogrupo que cada vez que tiene ocasión pega un repaso a los países mediterráneos de la UE y en especial a España.

Reitero que el Ibex no es precisamente santo de mi devoción, pero esta vez la reacción tiene algo de especial. Tanto como para que a principios de este mes me atraviera por primera vez en años a apostar por el selectivo español en mi blog. Parece que, por una vez, no me quiere dejar en mal lugar…

¿Y del resto? Pues estamos donde estábamos ayer. Ni más ni menos. Los mercados dudan de todo, en especial de que Trump vaya a poner encima de la mesa una rebaja de impuestos a corto plazo. Y el problema es que esa era la esperanza que sustentó las subidas desde su victoria en las elecciones.

¿Es posible perder todo lo ganado? Sin duda, posible es. Otra cosa es que sea probable, que para eso hay que pasar por encima de los intereses de los muy poderosos. Hay que fijarse bien en un aspecto: todo ha ocurrido una vez liquidados los futuros y opciones de marzo. Ahora, tienen hasta junio para hacer de las suyas y todo indica que se quedaron absolutamente limpios en el vencimiento y que no tienen nada que defender ahora mismo…

Ya verems si el Ibex logra mantenerse en plan isla, si el susto queda en eso, si reacciona hasta el Dax o cómo evolucionan los acontecimientos. Lamentablemente, las bolas de cristal para ver el futuro no funcionan en la Bolsa.

Al cierre, el Dax ha perdido un 0,48%, el Ibex ha ganado un 0,17%, el CAC se ha dejado un 0,15% y el Eurostoxx un 0,26%.