Sí, lo sé. En estos días tocaría hablar de caídas y peligros. Pero de momento, hay otra cosa: Wall Street busca una base de sustentación desde la que reaccionar.

No digo yo que no vaya a haber más caídas o que el peligro no esté latente. De hecho, el peligro lleva ahí mucho tiempo, todo en el que el mercado se ha dedicado a subir en base a expectativas que pueden o no cumplirse.

Pero si uno mira los gráficos, de momento lo que encontramos es un recorte sin más. Puede que a muchos se les haya olvidado ya que bajar un 1% es una cosa bastante más normal de lo que parece en el mercado y que en realidad no supone más que eso, una bajada.

Veamos estos dos gráficos:

Hasta uno llega a entender, lo que vemos es un rebote al llegar a la directriz alcista. Si mañana la perforamos hacia abajo, nos preocuparemos, pero de momento hay lo que hay y no lo que nos quieren contar.

¿Prudencia? Desde luego, como siempre, pero no hay que dejarse llevar por los catastrofistas. Si hiciéramos caso a un puñado de analistas que yo me sé, el mercado estaría quebrado desde hace tiempo.

Y es que la mayor parte de los índices en Wall Street han aprovechado hoy la coyuntura para reaccionar y si Nike no hubiera registrado una caída de más de un 7%, la peor caída del valor desde que cotiza en Bolsa, es posible que el mercado hubiera hecho aún mucho más en la jornada de hoy.

No hay más que ver cómo Apple ha seguido tirando y cómo las tecnológicas siguen a lo suyo. Es curioso que en el Nasdaq hayan bajado más valores de los que han subido y, al tiempo, el volumen negociado en valores alcistas haya sido muy superior al negociado en valores bajistas. Claramente, las grandes tecnológicas siguen con la idea de mantener las alzas y eso es un factor muy a tener en cuenta.

Lo conseguirán o no, pero lo que hay a día de hoy es eso. Una reacción a la baja tras un vencimiento trimestral de futuros y opciones que se ha juntado con las dudas que ofrecen ahora mismo algunas de las promesas estrella del presidente Trump. Con la reforma sanitaria encallada, el plan de infraestructuras y la rebaja de impuestos parece haber desaparecido de la escena.

No es la primera vez que los índices de Wall Street caen más del 1%. Y no será la última, se lo garantizo.

Al cierre, el Dow Jones perdió un 0,03%, el S&P 500 avanzó un 0,19%, el Nasdaq 100 un 0,66%, el Nasdaq Composite un 0,48%, el Nyse Composite un 0,06% y el Russell 2000 se dejó un 0,07%.