La demostración de fuerza que hizo Susana Díaz en la presentación de su candidatura a la secretaría general del PSOE me sonó a “estos son mis poderes” que pronunció el cardenal Cisneros cuando algunos poderes fácticos le cuestionaban su regencia.

El acto del domingo me pareció un “volver al pasado”, con caducos dirigentes socialistas que ahora ocupan mullidos sillones en diferentes empresas del Ibex35 y que hoy defienden intereses muy diferentes a los que tenían cuando estaban en la primera línea de la política.

También me recordó la fuerza del aparato donde -como sucede en el PP- las bases son ajenas a la política del partido y son los barones nos que hacen y deshacen a su antojo. Me trajo a la memoria la frase de Alfonso Guerra cuando advirtió que “quien se mueva no sale en la foto”.

Ahora todos los barones parecen cerrar filas en torno a la dirigente andaluza. Evidentemente es un voto conservador de quien pretende que todo cambie para que todo siga igual en unos momentos que nadie sabe la ideología de este partido y sus cambios de camisa. Digan lo que digan son los responsables -con golpe de mano incluido- de la defenestración de quien negaba dar su apoyo a un gobierno de Mariano Rajoy.

El discurso de presentación de Susana Díaz fue un cúmulo de tópicos, de altisonantes frases huecas que eran ovacionadas por los asistentes. Su idea central fue la de volver a ganar elecciones, recuperar el gobierno, pero no dijo para hacer qué ni explicó el concepto que tiene de lo que ha de ser el socialismo, aunque muchos pudieran deducir que sólo se trataba de tener una organización capaz de ganar. Y ante ello, los que tienen mucho que perder si esta candidatura no gana, cerraron filas incluso olvidando viejas rencillas.

El problema es que quizás, pese a todos los esfuerzos de la gestora, muchos militantes que votarán en las primarias son de izquierdas y acaso piensen que no todo vale para llegar al poder, máxime que aunque algunos se llenen la boca de la palabra izquierda o socialismo, cuando mandan lo hace como lo haría la derecha.