El Grupo Caja Rural cierra filas con Bantierra para evitar la intervención o que entre Cajamar

28/03/2017

Miguel Ángel Valero. Garantiza el éxito del proceso de compra de activos inmobiliarios de la entidad aragonesa con independencia de la participación o no de otros inversores en la operación.

Ante las dudas suscitadas sobre la situación real de Bantierra, el Grupo Caja Rural reitera su compromiso con el saneamiento de la entidad aragonesa. Y lo hace garantizando el éxito del proceso de compra de activos inmobiliarios de Bantierra, con independencia de la participación o no de otros inversores en la operación.

El 24 de marzo, el Grupo Caja Rural aprobó la adquisición a Bantierra de un paquete de activos no estratégicos procedentes del sector inmobiliario por un volumen aproximado de 320 millones de euros, que permite a la entidad aragonesa un ahorro en provisiones y acelerar su saneamiento. El Grupo Caja Rural ha acordado comprar la mayoría de estos activos, comprometiéndose, adicionalmente, a adquirir la totalidad de los mismos, en el caso de que alguno de los otros inversores que han manifestado su interés en participar en la operación, finalmente no hiciera frente a su compromiso.

«El éxito de la operación está, por tanto, garantizado, quedando únicamente pendiente la formalización de la misma, que se completará en las próximas semanas», señalan en el Grupo Caja Rural.

A través de esta desinversión, Bantierra reduce definitivamente la exposición al sector inmobiliario, lo que «garantiza su viabilidad futura», señalan en el Grupo Caja Rural, ya que tras la operación la ratio de solvencia se situará en niveles del 14% y la de morosidad en el 6%, mejorando  significativamente ambas la media del sector.

Lo que no explica el Grupo Caja Rural es cómo se va a instrumentar la operación, si participan en ella las 32 entidades que forman parte de él, de forma proporcional a su tamaño, si hay algunas que se han negado a entrar en el ‘rescate’ a Bantierra, y si entre los inversores interesados figuran otras cajas rurales o cooperativas de crédito.

Drástico ajuste

Bantierra está en un proceso de ajuste de su red de sucursales y de su plantilla. Ha cerrado 6 sucursales en marzo, en un “cambio de modelo de negocio” para incrementar la rentabilidad por oficina, «como están haciendo otras entidades financieras», señalan en la caja rural aragonesa.

La entidad se sitúa ya por debajo de las 800 personas (843 en 2015, 805 en 2016) tras un “goteo de despidos” que está generando una situación de “miedo y preocupación en la plantilla», según UGT. La caja riral aragonesa atribuye esa reducción al acuerdo de bajas voluntarias pactado con los sindicatos en 2013 y a despidos disciplinarios tras detectar Auditoría Interna «prácticas irregulares».

Al mismo tiempo, Bantierra ha desmantelado la tercera parte de su red de agentes financieros (pasan de 60 a 20), que operaban como autónomos vendiendo productos y servicios de la entidad en el mundo rural, dentro de una estrategia de «reforzamiento» de las sucursales comarcales.

En Bantierra desmienten tajantemente que esos ajustes se estén haciendo para poder negociar en superioridad de condiciones una integración con la otra gran caja rural de Aragón: la de Teruel. Ambas entidades están dentro del Grupo Caja Rural, y en Bantierra descartan también conversaciones con el Grupo Cooperativo Cajamar para formar parte de éste, y resolver así su situación financiera.

Capacidad para encontrar soluciones

«A lo largo de sus más de 25 años de historia, el Grupo Caja Rural ha demostrado su capacidad para encontrar soluciones a los retos que se han planteado a sus miembros, sin menoscabo de mantener una  sólida posición financiera, cuestión que queda patente por las calificaciones crediticias otorgadas por las agencias de rating a las entidades de mayor dimensión del Grupo, que se encuentran todas ellas entre las mejores del sistema financiero español y, en todos los casos, dentro del grado de inversión», explican en la asociación.

«El sistema de banca del Grupo Caja Rural, en línea con otros modelos de banca cooperativa europea de éxito, se caracteriza por su descentralización operativa y por la aplicación del principio de subsidiariedad, desarrollado sobre la base del criterio de independencia jurídica y de decisión de cada miembro», añaden.

Un ejecutivo de una caja rural explica gráficamente lo que está pasando con Bantierra: «El Grupo Caja Rural cierra filas con uno de sus miembros, porque no puede permitir que desemboque en una intervención por parte del Banco de España, ni mucho menos que la situación sea aprovechada por Cajamar para integrar en su grupo a una de nuestras entidades, como ya ha sucedido en otros casos similares».

El Grupo Cooperativo Cajamar, el gran competidor del Grupo Caja Rural (del que se escindió cuando a la entidad almeriense se le trató de impedir su expansión por toda España), se ha hecho con varias cajas rurales (como la levantina Ruralcaja) contribuyendo a su saneamiento, y ahora controla más de la mitad del sector.

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