La firma de hipotecas a tipo de interés fijo y mixto ya supone el 50% de las nuevas operaciones, según un avance del próximo Informe Trimestral de la Economía Española, que elabora el Banco de España. «En una primera etapa, hasta mediados de 2015, se produjo un aumento de la proporción de los créditos con períodos iniciales de fijación de tipo de interés entre 1 y 5 años. Con posterioridad, ha comenzado a crecer el segmento de más de 5 años, en el que se incluyen los contratos a tipo fijo», explica el informe.

Ese avance de los tipos fijos y mixtos, hasta sumar la mitad  de la nueva producción de hipotecas, está acompañado de la reducción de los diferenciales aplicados en los préstamos, «lo que ha podido incentivar la demanda de los prestatarios», señala el Banco de España.

La banca ha aprovechado la disminución del precio oficial del dinero por parte del BCE, hasta dejarlos al 0%, para ‘resucitar’ la oferta de hipotecas a tipo fijo, que está alcanzado un nivel sin precedentes.

El 36,8% de las hipotecas firmadas en enero se constituyeron a tipo fijo, según datos del INE.

Elevación del coste

Pero estos cambios en la estructura del mercado hipotecario tienen algunas implicaciones, advierte el Banco de España. El aumento del peso de las operaciones con tipo fijo a más de 5 años, con tipos de interés más altos que en las de menos de un año «tiende a traducirse en una elevación del coste sintético de financiación». Ese indicador sintético (que se calcula ponderando el volumen de los nuevos créditos por sus tipos de interés iniciales) subestima la mejora en las condiciones de financiación.

El análisis del Banco de España reconoce que el avance de los tipos mixtos y fijos hace que los costes de financiación de los hogares se hagan menos sensibles a los movimientos de los tipos de interés.

Su impacto sobre el total de la cartera de créditos es aún muy limitado. Así, en diciembre de 2016, el 96,6% del saldo vivo hipotecario aún es a tipo variable, y el 85,2% utiliza como referencia el Euribor a 12 meses.