Con sus libros personalizados, Mumablue consigue atrapar a niños y niñas en la lectura

30/03/2017

Cristina Rodríguez, cofundadora. No sólo les ofrecemos protagonizar una aventura maravillosa...

En Mumablue creamos cuentos personalizados. Somos dos socios al frente de una startup, Cuentos Colorín SL, que en apenas año y medio —con una inversión inicial de 70.000 euros— hemos logrado que miles de niños y niñas se acerquen a la lectura, al tiempo que protagonizan las historias. Y ese, y no otro, era nuestro objetivo, que el amor y la pasión por la lectura penetrase en los más pequeños de la misma forma que cuando Obélix se cayó en la marmita, sin que se puedan librar de ella.

Los dos socios de Mumablue.

Nacimos queriendo incentivar la lectura infantil, pero sobre todo buscábamos recuperar el placer de leer un libro de papel: pasar las hojas, sentir su tacto e incluso olerlas. Hoy día, las nuevas tecnologías están presentes en la vida de los más pequeños desde su primer minuto de vida. Tal es así que ya desde bebés aprenden a manejar una tablet, a deslizar el dedo por ella, elegir sus vídeos… Y cada vez los libros tradicionales les interesan menos. En Mumablue nos rebelamos contra ello. No estamos en contra de las nuevas tecnologías, ni tampoco somos unos nostálgicos del pasado. Nosotros mismos como empresa no existiríamos sin ellas. Pero creemos, y multitud de estudios avalan nuestra tesis, que la lectura en soporte físico llega allí donde la lectura digital apenas se asoma. Sin duda, los responsables de Enisa (Empresa Nacional de Innovación SA) creyeron en nosotros por el mismo motivo, cuando este año nos concedieron un crédito de 70.000 euros.

Porque nuestro proyecto de empresa comenzó siendo un estudio donde fotografiábamos a los niños y niñas en un croma para después añadir su imagen a los cuentos en escenas fantásticas con foto realismo ilustrado. El primer año facturamos 500.000 euros y alcanzamos el break even, pero teníamos tanto trabajo que llegó un punto en el ya no podíamos aceptar más clientes, por lo que pensamos en hacer el negocio escalable. Así nacieron los libros personalizados de Mumablue, en el que los niños se pueden convertir en auténticos protagonistas de las historias, a través de sus dobles virtuales.

Un recuerdo para toda la vida
El aspecto más señalado para elegir un libro digital antes que un libro físico es que este último ocupa demasiado espacio. De acuerdo, pero… ¿quién se negaría a tener un libro que le recordara de por vida cómo era de pequeño? Porque eso es lo que hacemos en Mumablue. No solo creamos un cuento. No sólo ofrecemos al niño ser el protagonista de una maravillosa aventura. Nuestros libros pasan a ser un recuerdo imperecedero al que siempre podremos volver para recordar cómo era nuestro hijo, sobrino o nieto que ya se ha hecho mayor. Y esto es así gracias al avatar que el adulto o incluso el destinatario del libro puede crear fácil y rápidamente a través de nuestra web. Un proceso sencillo y muy divertido mediante el cual podrán detallar los rasgos más característicos del personaje (ojos, pelo, peinado, color de piel, accesorios…). Aún hay más. Al final del libro podrán escribir una dedicatoria personalizada que hará más personal si cabe el libro. ¡Pero no se vayan todavía! Como guinda, ofrecemos la posibilidad de adjuntar una fotografía que pondrá el broche de oro al cuento Mumablue, el cuento del que el niño no querrá deshacerse nunca.

Como el lector habrá podido imaginar, hacerlo todo tan fácil ha sido muy difícil. Cada cuento Mumablue lleva detrás más de mil horas de trabajo. Antes de sacar al mercado nuestro primer libro dedicamos un año, ¡un año entero!, a desarrollar la idea, y mediante la siempre socorrida técnica del ensayo y error dimos con la tecla exacta para conseguir lo que soñábamos, que no es sino exactamente lo que Mumablue es hoy en día. Ese primer año logramos facturar 500.000 euros, cifra que este año esperamos alcance los dos millones de euros.

Vendemos en cinco países
Hemos vendido más de 20.000 cuentos, estamos presentes en cinco países y seguimos creciendo, ofrecemos nuestros cuentos en castellano, inglés, catalán, euskera y gallego. Próximamente estarán disponibles en francés y alemán. Tenemos tres historias diferentes y la cuarta se encuentra ya en el horno, a puntito de ver la luz. Formamos un equipo multidisciplinar que crece vertiginosamente y —esta es quizá la clave para entender qué significa Mumablue—, disfrutamos como niños de nuestro trabajo. Cada historia, ilustración o desafío tecnológico nace de alguno de los siete miembros de nuestro equipo, compuesto por personas que no dejan de soñar, imaginar y divertirse, haciendo aquello que más les gusta. Y comparten ese entusiasmo entre sí y con el destinatario final de todo nuestro trabajo, es decir, con otro niño.

En nuestra oficina tenemos un cartel colgado en la pared que dice “Un niño que lee es un adulto que piensa. Un adulto que lee es un niño que imagina”. La frase no es nuestra. Su origen es confuso. Pero refleja a la perfección aquello que consideramos importante, imprescindible. Que la lectura sea el vehículo que permita a los más pequeños ser adultos críticos, empáticos e imaginativos el día de mañana. Y sobre todo, que sea un placer para ellos. No olvidamos que para un niño o una niña leer tiene que ser, ante todo, divertido. Nuestras historias transmiten valores, refuerzan la autoestima, colocan al protagonista en el lugar del otro. Todo ello es válido y muy necesario. Pero sería completamente inservible si no se enmarcara dentro de una trama divertida, emocionante, sorprendente.

Y tú, ¿aún no nos conoces? ¡A qué esperas! Hay algo que aún no te he dicho y que, sin embargo, hemos comprobado en primera persona en multitud de ocasiones. Y puede ser la última razón para que te decidas a entrar en nuestra web. El que regala un cuento Mumablue queda genial. ¡Hasta pronto!

 

Cristina Rodríguez es cofundadora de Mumablue (en Twitter, @mumablue). Es publicista y cuenta con un máster en animación 3D y postproducción digital. Cuando le ofrecieron un ascenso, consideró oportuno mencionar que estaba embarazada de su primera hija. Entonces, la empresa para la que trabajaba decidió cambiar su ascenso por un despido. Para ella fue un punto de inflexión que la motivó a trabajar para ella misma y por sus sueños. Ese fue el germen de lo que hoy es Mumablue.

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