Hubo un tiempo en que se pagaba únicamente en metálico. Imagínese el fajo de billetes en la cartera si el importe era elevado. Hasta que llegó el dinero de plástico: corría el año 1971. El Banco de Bilbao, uno de los actuales integrantes del BBVA, firmaba un acuerdo con Bank of America para introducir algo totalmente desconocido hasta entonces en España: la tarjeta de crédito.

Esta primera tarjeta tenía un límite máximo de 25.000 pesetas y permitía el pago total a fin de mes o el aplazamiento de un 10% del saldo dispuesto. Si la compra era superior a 3.000 pesetas el responsable del comercio debía llamar al centro autorizador para comprobar la solvencia del cliente. Fue un éxito inmediato: a finales de ese año el banco ya había emitido más de 740.000 tarjetas, frente a una previsión inicial de 215.000. En los tres primeros meses desde el lanzamiento fue aceptado como medio de pago por más de 5.000 comercios.

En 1985 llegaría a España la primera tarjeta de débito, la Visa Electrón, emitida por Caja Postal. A finales de los ochenta también aparecerían los primeros datáfonos.

La primera tarjeta de crédito del mundo apareció en Nueva York en la década de los cincuenta. La emitió el Franklin National Bank de Long Island y en sus inicios era aceptada sólo por algunos comercios locales. Veinte años después llegaría a España de la mano del Banco de Bilbao.

Actualmente hay casi 72 millones de tarjetas en circulación. En 2010 se pagaron con ellas más de 95.000 millones de euros, según datos del Banco de España.