Las filiales en el exterior y las no bancarias (tanto en España como en el extranjero) nunca habían tenido tanto peso en la cuenta de resultados de los bancos como en 2016. Aportan nada menos que 7.772 millones de euros al resultado del ejercicio, el 71,9% del total (10.803 millones), mientras la actividad bancaria en España apenas genera 3.032 millones, menos de la mitad.

El peso internacional en la cuenta de pérdidas y ganancias de los bancos es 29,2 puntos superior al del ejercicio precedente, cuando la aportación fue del 42,7%. En un año, las filiales en el exterior y las no bancarias han aumentado 2,2 puntos la aportación a los activos totales medios: del 42,7% al 44,9%.

Esto significa que los bancos españoles, con el 55,1% de sus activos en el mercado nacional apenas generan el 28,1% del resultado. En cambio, el 44,9% de esos activos aporta el 71,9% del resultado.

Para el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, este dato es una demostración de que «el modelo de diversificación está funcionando muy bien».

España no es rentable

Pero, aunque la cuenta de pérdidas y ganancias de los bancos esté condicionada por el ajuste en el Popular y por las provisiones extraordinarias para cumplir con la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre las cláusulas suelo, los datos muestran que el negocio en España apenas es rentable. Si en 2015 fueron 7.247 millones, sobre un resultado total de 12.647 millones, un año más tarde el resultado baja a los 3.032 millones, sobre un montante global de 10.803 millones.

La dependencia que sufre la banca española de la actividad exterior (y en menor medida del negocio no bancario, ya sea en España o en el extranjero) se percibe mucho más en el resultado antes de impuestos. De los 15.049 millones obtenidos en 2016, el 86,1% procede del negocio internacional: 12.958 millones sobre un total de 15.049 millones. El negocio doméstico apenas aporta 2.092 millones al resultado bruto, cuando en 2015 fueron 7.596 millones.

En 2015, la actividad internacional (y la no bancaria) supuso el 54% del resultado antes de impuestos: 8.911 millones sobre un total de 16.507 millones.

A medida que se asciende en la cuenta de pérdidas y ganancias de los bancos en 2016 se va reduciendo el enorme peso de las filiales internacionales y no bancarias. Así, la aportación al resultado de explotación es del 80,9%, aunque supone un considerable aumento sobre 2015 (63,2%).

Supone el 58% de las insolvencias y dotaciones, 12.942 millones sobre un total de 22.315 millones, lo que muestra la la digestión del ‘ladrillo’.  Porque en 2015 era el 68,1%, 15.096 millones sobre un total de 22.165 millones. La diferencia es notable: 10,1 puntos menos. Esta partida registra la menor aportación de las filiales en toda la cuenta de pérdidas y ganancias de 2016.

El 68,2% del margen de explotación antes de dotaciones, que es el indicador más claro de la actividad típicamente bancaria y más recurrente, procede del negocio exterior y de las filiales no bancarias. En 2015 era el 65,8%.

De todos los gastos de explotación de los bancos en 2016, el 62,2% viene de las filiales, con un ligero descenso de 1,6 puntos sobre 2015.

El peso en el margen bruto es del 65,2%, con un aumento leve sobre el ejercicio precedente (64,8%).

Las filiales en el exterior y las no bancarias vuelven a tener un peso abrumador en el margen de intereses; 76,4%, 43.149 millones sobre un total de 56.464 millones. Son cuatro décimas más que en 2015