El disputado voto del señor Quevedo

05/05/2017

diarioabierto.es.

Durante las tres votaciones de este jueves en las que los partidos decidían si prosperaban o no las siete enmiendas a la totalidad presentadas a los Presupuestos Generales del Estado de 2017, los pasillos, la cafetería, el patio del Congreso estaban desérticos. Ni un solo diputado se despistó porque en juego estaba que se rompiera el esperado empate de 175 a favor y 175 en contra de dichas enmiendas. Y por tres veces, el empate se repitió.

De esta forma Cristóbal Montoro, con alguno de sus exabruptos de siempre («venimos de una borrachera de gasto público y ya quieren ir de copas a celebrarlo») y su jefe de filas, Mariano Rajoy, pasaban el primer trámite para que las cuentas públicas del presente ejercicio puedan ser aprobadas. Ahora en la Cámara Baja cualquier votación resulta decisiva y un error a la hora de pulsar el voto puede hacer fracasar cualquier intento de unos o de otros.

Ahora en el registro del Congreso de los Diputados llegan a miles las enmiendas parciales, donde cada grupo presenta sus últimos intentos de mejorar algunas de los capítulos diseñados por el Gobierno.

Pero en estos momentos, en este segundo trámite trascendente, las enmiendas son lo de menos. Como ya ocurriera con las enmiendas a la totalidad, el Gobierno se ha visto obligado a hacer los «trueques» de antes, esos mismos que Mariano Rajoy, Soraya Sainz de Santamaría o María Dolores de Cospedal criticaron a bombo y platilla al entonces presidente Zapatero por su acuerdo con las nacionalistas vascos. ¡Menos mal que existe la hemoreteca!

Esta vez el «trueque» lo han calculado en unos 1.600 millones de euros (más los cerca de 3.500 millones para acabar la Y vasca del AVE en 2023). De momento les ha dado el empate técnico para que no prosperan las enmiendas a la totalidad. Pero también persiste ese empate técnico para que las cuentas del Estado sean aprobadas. A Rajoy y Montoro con los 5 votos del PNV, más los votos favorables de PP, UPN, Foro Asturias, Ciudadanos, PNV y CC.

Les hace falta tan solo 1 voto. Y el único posible es el del diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo. Él tiene la llave, pero ya ha dejado claro que al Gobierno no le va a salir gratis. Frente a los miles de enmiendas parciales presentadas por las formaciones políticas, él sólo ha presentado 49, que en dinero se traduce en 450 millones de euros.

Canarias no tiene cupo, pero si personas dependientes y para ellos el diputado canario pide un aumento de 100 millones de euros en esa partida y 20 millones más para luchar contra la violencia de género. A ello suma otros 42 millones para políticas de empleo en Canarias y otros 30 millones para infraestructuras educativas. Y para la lucha contra la pobreza, otros nueve millones.

Y para mejorar las carreteras canarias pide 51 millones, además de 40 millones para las suvenciones al tráfico aéreo regular entre la Península y las Islas y el interinsular.

Viendo las peticiones nada descaradas ni abusivas, ¿cómo se puede negar Montoro a no dar todas las peticiones de Quevedo por su imprescindible y necesario voto?

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