Jornada de escasos movimientos en las Bolsas europeas, pero con trayectoria lgeramente a la baja. Les duele un euro demasiado fuerte y les falta fuerza.

Parece que de nuevo las Bolsas europas van a dejar pasar una oportunidad. El dinero fluye hacia las Bolsas del Viejo Continente ante la recomendación unánime de que son los mercados con mayor potencial, pero la evolución del euro amenaza con dejar las cosas como estaban, es decir, a merced de Wall Street.

Les he comentado muchas veces que en los últimos años la verdadera guerra se libra en los mercados monetarios. Nadie quiere fuerte a su moneda y todos hacen lo posible por debilitarla. Es una estrategia que siguieron los jaooineses en su momento, que han aplicado los chinos y que ha llegado a las monedas de primer nivel con la última crisis.

Recordemos que entonces, el dólar se debilitó gracias a que la Fed puso en marcha el helicóptero de tirar billetes a las calles. Por contra, el euro se fortaleció lo indecible a pesar de que oficialmente «era una moneda destinada a desaparecer», porque iba a «estallar en cualquier momento». No desapareció, pero los países en los que se cebó la crisis no tuvieron la ventaja monetaria y costó millones de empleos.

Y ahora, una vez que los americanos han comenzado a subir los tipos de interés, había cesado la presión sobre el euro, que había conseguido debilitarse frente al dólar y apuntar hacia la paridad en el cambio entre las dos monedas. Pero no hay que engañarse: nunca se conseguirá y menos con los tipos que nos mandan.

El BCE está en esta guerra completamente ajeno a los intereses del común de los europeos y para colmo hoy hemos escuchado a la señora Merkel quejarse de la debilidad del euro. Parece no haberse enterado de que sus mejores empresas exportan prácticamente todo lo que producen y que un euro débil lo que desean.

Tener una moneda fuerte o una moneda débil no es lo mismo y a la mayor parte de Europa le beneficiaría un euro débil. Al parecer, a todos menos a la señora Merkel, que tiene otros intereses en la cabeza y es la que realmente manda. Por supuesto, Draghi calla y cuando alguna vez se le pregunta, insiste en que el cuidado de la paridad de la moneda no está entre las tareas del BCE.

En este estado de cosas, el euro se dispara y lo más extraño es que no se descalabren las Bolsas. Logran mantenerse en los niveles del viernes aunque empieza a notarse de forma bastante clara que no hay fuerzas y que en realidad andan esperando que Wall Street tome un camino u otro. ¿Bolsas con personalidad? De momento, no, pero los movimientos son de muy poca intensidad:

Al cierre, el Dax perdio un 0,15%, el Ibex un 0,39%, el CAC un 0,03% y el Eurostoxx un 0,26%.