El Banco de España presume sobre las provisiones anticíclicas

24/05/2017

Miguel Ángel Valero. "Aunque no lograron contrarrestar el fuerte crecimiento del crédito en los años de bonanza, demostraron su eficacia al suavizar su contracción durante los primeros años de la recesión", explica el gobernador, Luis Linde. // Discurso en la I Conferencia de Estabilidad Financiera

El gobernador del Banco de España, Luis Linde, aprovecha su discurso de apertura de la I Conferencia Internacional de Estabilidad Financiera para presumir de haber sido “pionero” en el desarrollo de instrumentos macroprudenciales, al introducir las provisiones contracíclicas (entonces se denominaban anticíclicas) ya en el año 2000.

“España estuvo entre los países europeos que acumularon desequilibrios más pronunciados durante los primeros años de este siglo y posteriormente experimentó una crisis muy severa”, explica Linde en la Conferencia, organizada por el Banco de España y el Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEmfi).

“El Banco de España, me atrevería a decir, fue pionero en el desarrollo de instrumentos macroprudenciales, al introducir provisiones contracíclicas ya en el año 2000, poco después de la puesta en marcha de la Unión Monetaria Europea”, insiste el gobernador.

Linde subraya que estas provisiones “aunque no lograron contrarrestar el fuerte crecimiento del crédito en los años de bonanza, demostraron su eficacia al suavizar la contracción del crédito durante los primeros años de la recesión”.

Y fueron una “fuente de inspiración” para el colchón de capital contracíclico, un instrumento desarrollado y acordado por el Comité de Basilea en 2010 que ya se aplica de forma “generalizada en todo el mundo”.

Son además precursoras de las provisiones por pérdidas esperadas, que  han supuesto un cambio en el “paradigma” contable. El Banco de España considera que, desde la perspectiva de la supervisión bancaria, ese cambio era “necesario desde hacía mucho tiempo”.

Eficacia de la estabilidad financiera

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, cree esencial «entender mejor» la eficacia de los nuevos instrumentos de estabilidad financiera para mejorar la capacidad de resistencia del sistema financiero, reducir los riesgos sistémicos y «buscar soluciones de compromiso entre las distintas opciones de política».

«También necesitamos saber cómo pueden afectar las políticas macroprudenciales a la actitud frente al riesgo de los distintos agentes y en qué medida puede verse afectada la provisión de crédito a la economía real, especialmente en épocas difíciles», argumenta.

Linde admite que «es posible que, después de realizar un análisis exhaustivo, se determine que los instrumentos macroprudenciales actuales son insuficientes o están incompletos». Pero subraya uno de los «legados más relevantes y evidentes» de la crisis ha sido la introducción de un marco completo de política macroprudencial, que es la que se adopta con el objetivo de evitar o mitigar los riesgos sistémicos y reforzar la capacidad de resistencia de las instituciones financieras.

La estabilidad financiera es una «ambiciosa tarea» que «requiere el uso de herramientas analíticas sofisticadas» para «identificar vulnerabilidades en una fase temprana y anticipar cómo pueden propagarse las posibles perturbaciones a todo el sistema financiero».

Linde considera «esencial» que las entidades financieras «internalicen adecuadamente» el impacto que tienen sus decisiones sobre el sistema, que suele ser «más pronunciado» en las entidades financieras «más grandes, más complejas, más interconectadas y menos sustituibles».

«Pese a sus limitaciones actuales, estas pruebas de resistencia representan un importante esfuerzo de las autoridades supervisoras para evaluar el impacto de distintos escenarios adversos sobre el sistema financiero, dar a conocer a los ciudadanos su grado de resistencia y servir de base para la adopción de las medidas de seguimiento necesarias», añade el gobernador del Banco de España.

El hecho de que las herramientas de política macroprudencial se hayan ampliado significativamente durante los últimos años es un «cambio en la dirección acertada», ya que, «además de otorgar nuevas facultades a los bancos centrales y a las autoridades de supervisión, exige adoptar una perspectiva que abarque todo el sistema a la hora de formular políticas».

Banca en la sombra

La proliferación de entidades no bancarias que realizan actividades propias de los bancos, particularmente la ‘banca en la sombra’, suscita el debate sobre si se debe ampliar el alcance de los instrumentos macroprudenciales «más allá del sistema bancario». Y también genera un debate la necesidad o no de introducir instrumentos orientados a los prestatarios, «para abordar con mayor eficacia los desajustes en los mercados inmobiliarios», concluye Linde.

 

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