La instauración de la renta básica universal es «hoy por hoy inabarcable» y a largo plazo podría llegar a implantarse, pero sería más básica que universal.

Automatización del trabajo

Esta es la conclusión a la que han llegado los expertos que han participado este jueves en la mesa redonda ‘Renta Básica Universal: ¿imposible o inevitable?’ organizada por la escuela de negocios IMF.

En concreto, en la jornada han estado presentes el economista y ex ministro de Industria, Miguel Sebastián; el economista de Cunef, Juan Manuel López Zafra; el autor de ‘Renta básica universal. La peor de las soluciones’, Cive Pérez, y el presidente de IMF, Carlos Martínez.

Para el Pérez, la renta básica ya se ha planteado en Silicon Valley o en Davos por los avances de la automatización, que conllevarán importantes cambios en los procesos de trabajo, puesto que de aquí a 2050, según un estudio de la Universidad de Cambridge, la mitad de los trabajos que se conocen en la actualidad desaparecerán.

Sin embargo, Sebastián cree que si las previsiones son ciertas habrá que aumentar de forma «exponencial» la productividad. Así, Zafra cree que la renta básica universal es un problema «complicado», ya que no se sabe cuánto empleo se va a destruir ni a crear.

Por su parte, el presidente de la escuela de negocios cree que la renta básica universal es «una posible solución» y considera que esta podría tener un impacto «muy importante» sobre la economía sumergida, ya que haría aflorar una serie de ingresos que no serían «nada despreciables».

Antes de instalar esta medida hay que debatir el coste, ya que supondría entre un 3% y un 5% del PIB, la definición de los incentivos, el impacto sobre la distribución de la renta y la importancia de contabilizar los problemas de costes de entrada y de salida.

Para la mayoría de los ponentes, la renta básica universal es «muy atractiva» desde el punto de vista de la reducción de la pobreza, aunque no están de acuerdo ni en la forma de alcanzarla ni de financiarla.