El adiós de Raimon

29/05/2017

Josep M. Orta.

Con doce recitales en el Palau de la Música Catalana cerró el mítico autor de “Diguem no” una carrera artística que empezó con un recital hace 55 años en el Fórum Verges. Su primera canción con la que cerró su actividad pública no podía ser otra que “Al vent”, compuesta en sus viajes en moto a la Universidad y que es un canto a la libertad.

Eran los tiempos que un grupo de intelectuales catalanes trataron de revitalizar el idioma mediante lo que se llamó “nova cançó”. Sorprendentemente este disco logró vender 40.000 ejemplares y ello le catapultó a participar -junto a Salomé- en el Festival de la Canción Mediterránea con “Se’n va anar” que defendió junto a Salomé. Manuel Fraga -ministro de Información y Turismo- consideró que no pasaba nada por que en este festival hubiera una canción en catalán. Por primera vez este festival era el público quien designaba el ganador y -mediante la compra masiva de entradas (o sea votos), se erigió en ganadora.

Se grabó el disco con cuatro canciones y una de ellas la censura le hizo cambiar el título: “Ahir”, que escondía la “Diguem no” y el canto autor de Xàtiva empezaba una brillante y conflictiva carrera musical y le convertía en el adalid de la canción de protesta y promotor de una intensa actividad de la censura, tanto en recitales como en sus discos.

Otro hito de su carrera fue su actuación en el Olimpia de París. Era 1966 y se acababa de producir la “Caputxinada” (el encierro y posterior desalojo del Sindicato de estudiantes acompañados de la flor i nata de la intelectualidad catalana en el convento de los capuchinos de Sarrià). El recital de París se convirtió en un disco de larga duración en el cual dedica el “Diguem no” a los encerrados en el convento.

De las muchas canciones que pudo cantar en Francia y que le eran prohibidas en España destaca el “Inici del càntic en el temple” (que acaba con un contundente “nos mantendremos fieles siempre al servicio de este pueblo”) y que pronto se convirtió en himno y eslogan de los muchos actos que en aquella época proliferaban en el país.

Sus recitales en los campus universitarios atraían a numerosos jóvenes. Uno de ellos -al que le dedicó una canción (“por unas cuantas horas nos sentimos libres” reza el texto- tuvo lugar en el campus de la Facultad de Económicas de Madrid. Era en mayo de 1968 yel acto acabó con fuertes cargas policiales.

En plena agonía de Franco actúa en el Palau de los Deportes barcelonés donde estrena la canción “Jo vinc d’un silenci” (Yo vengo de un silencio).

Con la democracia Raimon, ya todo un mito, rechaza actuar en grandes recintos y sus recitales tienen lugar en pequeños escenarios. Asimismo centra primordialmente su producción en canciones intimistas y en musicar poemas de clásicos -y no tan clásico- catalanes y rehuye de participar en actos políticos.

Últimamente se ha pronunciado en contra del proceso independentista que vive Catalunya pero el público ha respetado la postura del cantante. Ahora, a los 77 años, se ha despedido de los escenarios llenando durante doce días el Palau. Su público mayoritariamente, peinaba canas. Seguramente muchos de los asistentes eran los que años ha coreaban en los recitales las canciones que la censura le prohibía interpretar.

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