España baja los humos de efecto invernadero a pesar de Trump

08/06/2017

Luis Díez. Según el ministro Nadal cumpliremos la reducción del 20% en 2020 y estamos 3,5 puntos por delante de los países de la UE. El Gobierno respaldará la transición energética y la mayor penetración de las renovables

La decisión del presidente norteamericano, Donald Trump, de quebrar el compromiso de Estados Unidos con los 200 países del mundo (todos, menos Siria y Nicaragua) de frenar la destrucción del planeta y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, lleva a preguntarnos en qué medida está cumpliendo España el pacto contra el cambio climático en el marco de la UE y cuáles son las previsiones de la transición energética en nuestro país. Los datos oficiales son positivos. España alcanzó el séptimo puesto mundial en renovables en 2015 y podrá cumplir sus compromisos internacionales sin un coste superlativo, según afirma el Gobierno.

Vaya por delante que la necia decisión del presidente de Estados Unidos, el segundo país más contaminante del mundo después de China, de incumplir el pacto de París, suscrito en 2015 por su antecesor Barack Obama, no modifica la determinación de la UE, China, India, Rusia, Brasil y los demás países industrializados de reducir las emisiones. Tampoco afecta a la promesa del Gobierno de Mariano Rajoy de remitir al Parlamento la ley sobre el Cambio Climático y la Transición Energética, largamente reclamada por la oposición y por más de cuatrocientas ONGs.

La nueva norma deberá contemplar los mecanismos (incluidas las penalizaciones y sanciones) para reducir las emisiones contaminantes desde los 331 millones de toneladas de CO2 (gases de efecto invernadero) este año a los 323 comprometidos en 2020 y, sobre todo, a los 115 millones previstos hasta 2040. Este penúltimo tramo se deriva del compromiso adquirido por la UE y exigirá, según los expertos consultados, la transformación del parque energético, industrial y tecnológico, de modo que la energía fósil o carbónica quede reducida al transporte y poco más.

Los datos ofrecidos por el ministro de Energía, Álvaro Nadal, al diputado de Unidos Podemos (UP), Ricardo Sixto, indican que el Gobierno y la industria pueden ganar la batalla si perseveran en el esfuerzo emprendido hace ya más de una década. Para ello, el Ejecutivo funciona coordinadamente entre varios departamentos ministerios y con el resto de las administraciones públicas implicadas. Las perspectivas son optimistas. Las proyecciones de las emisiones de gases de efecto invernadero en España, para el periodo 2013-2020, indican que cumplirá el objetivo en los «sectores difusos», que incluyen el transporte y que representan más del 60% de las emisiones. Aunque la negociación de la cuota de emisiones que debe ser controlada por cada país no ha terminado en Bruselas, la propuesta de la Comisión obligaría a España a reducir el 25% de las emisiones difusas de 2005 antes de 2030. Esto sitúa la cuota de emisión máxima en 176,1 millones de toneladas en 2030. Si consideramos que en 2015 emitimos 195 millones de toneladas de gases carbónicos, la reducción no resultará gravosa.

Para la reducción de los gases de efecto invernadero sujetos al comercio de derechos de emisión (unas 1.200 instalaciones industriales), el Ejecutivo apela a la transición energética, y aunque señala que la generación eléctrica pueden variar de forma muy pronunciada por circunstancias puntuales (anómala hidraulicidad u horas de viento, por ejemplo), sostiene que los cambios estructurales en la producción de energía ya un supuesto en 2015 una reducción de los gases nocivos del 31% 2005.

En comparación con el resto del mundo, según el informe Renewables 2016: Global Status Report de REN21 (Renewable Energy Policy Network for the 21st Century), España es el séptimo país del mundo con mayor capacidad renovable instalada para un total de 32 GW, sin contar la energía hidráulica, de los cuáles 23 GW son de energía eólica. Estamos por delante China, Estados Unidos, Alemania, Japón, India e Italia.

También es destacado el papel de nuestro país en energía termosolar, en la que seguimos siendo líderes mundiales en la medida en que la mitad de la potencia instalada está en España. En este sentido, el Ejecutivo dice ahora estar dispuesto a «continuar impulsando la penetración de renovables». Y el ministro Nadal exhibe el dato de que España alcanzó en 2015 un 17,3% de renovables (contando con los biocombustibles) en el consumo final de energía frente al 13,8% previsto para alcanzar el objetivo del 20% en 2020, es decir, que se encuentra 3,5 puntos por encima de lo previsto por la UE en la reducción de emisiones.

Subraya además en que los últimos datos publicados por la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat) para el año 2015, revelan un avance superior de las renovables en España al de la mayoría de los países de nuestro entorno como Alemania, Francia, Holanda o Reino Unido y que le queda menos diferencia que a éstos para alcanzar el objetivo del año 2020.

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