“La unión bancaria sigue siendo uno de los proyectos más relevantes y complejos en el entramado del euro, que determina, en gran medida, el futuro de la moneda única. Sin embargo, va a tener que afrontar una realidad adaptativa y proponer soluciones para los múltiples frentes en los que su aplicación práctica sigue siendo complicada”,
subraya EuropeG, que dirige Antoni Castells.

El Policy Brief nº 11, “Estrenando unión bancaria: realidades adaptativas”, elaborado por Santiago Carbó, compara la diferente aplicación del Mecanismo Único de Resolución en España (Banco Popular) e Italia (Monte dei Paschi di Siena), destaca la ausencia de un esquema de protección de depósitos y la aparición de la competencia de las fintech, sin un tratamiento equitativo con los bancos en materia regulatoria y competitiva.

“Los problemas de ejecución y coordinación —y lo inoportuno pero inevitable de la crisis bancaria italiana— pusieron en cuestión el funcionamiento de la unión bancaria en la práctica. La rapidez con la que la Junta Única de Resolución ha resuelto la crisis del Banco Popular demuestra, sin embargo, que puede funcionar”, argumenta el informe de EuropeG.

La reforma de la Directiva de Resolución y Recuperación busca «eliminar rigideces que dificultan los flujos de crédito y una adecuada evaluación de riesgos en función del tipo de prestatario y su tamaño”, señala.
«Los mercados no han apreciado la suficiente transparencia en torno a los balances bancarios, y la arquitectura de la unión bancaria sigue sin ofrecer respuestas contundentes a corto y a medio plazo para mejorar esa imagen y aportar estabilidad”, explica. Tampoco resulta sencillo poner en práctica la unión bancaria cuando uno de los ingredientes fundamentales de su red de seguridad, el esquema común de protección de depósitos, aún está pendiente”, alerta.

Fintech

«La ausencia de un tratamiento regulatorio y competitivo equitativo entre bancos y nuevos operadores”, como las fintech, es otro problema para la unión bancaria. «Queda mucho por hacer para lograr ese tratamiento igualitario y prevenir problemas sistémicos”, señala el informe de EuropeG.

El Policy Brief reconoce que el valor de las transacciones realizadas por canales fintech en medios de pago, empresas o finanzas personales todavía es «contenido»: tan solo superó los 100.000 millones de dólares en 2016 en Alemania y los 90.317 millones de dólares en España. Pero su potencial de desarrollo es importante. Las previsiones sugieren que el fintech podría superar el billón de dólares en la UE en 2021.