Nueva jornada de no saber muy bien a dónde dirigirse y solo el Nasdaq ha intentado tirar de Wall Street. Tecnológicas y biotech han tenido un buen día.

En el extremo opuesto, el petróleo ha vuelto a hacer de las suyas:

Ha perdido la zona de soporte que marcábamos ayer y se ha agarrado como un clavo ardiendo al mínimo marcado en noviembre del año pasado para rebotar mínimamente.

La reducción de stocks es mínima y el bombeo sigue creciendo, tanto en Estados Unidos como en países acogidos al pacto de no incrementar su producción. Y el mercado tiene claro que la oferta es muy superior a la demanda y se ajustan los precios a la baja. Es lo que hay y de ello deriva todo lo demás.

Vemos en el gráfico del S&P 500 cómo la caída final ha sido realmente muy pequeña pero el sesgo que van tomando las velas es cada vez màs negativo.

En cierta forma, todos vuelven a encomendarse al Nasdaq, que sigue intentando recuperar posiciones que le saquen del bache en el que quedó sumido por aquél día tan extraño en el que se desplomó sin venir a cuento.

Las grandes tecnológicas han vuelto a tener un buen día y eso supone mucho para el Nasdaq, pero si además las biotecnológicas suben al calor de un rumor que habla de mayor desregulación en el sector, tenemos de nuevo al Nasdaq en forma. ¿Hasta cuando?

Ya saben ustedes que cuando las cosas no están claras, acudo al gráfico del Nyse Composite, el que manejan los que mandan en el mercado. ¿Qué hay en él?

Es como si estuviera dibijando un ‘pullback’ de libro a la zona de la ruptura de la resistencia. Ocurre muy a menudo que tras la ruptura se vuelve al mismo nivel, como queriendo dar una segunda oportunidad a quien no puso subirse al carro. Ya veremos…

Al cierre, el Dow Jones se dejó un 0,27%, el S&P 500 un 0,05%, el Nasdaq 100 avanzó un 0,98%, el Nasdaq Composite un 0,74%, el Nyse Composite perdió un 0,36% y el Russell 2000 un 0,26%.