Isolux intenta eludir el inminente concurso de acreedores con la entrada de un socio

24/06/2017

Tania Juanes. La junta de Isolux cambiará los estatutos y el consejo para dar entrada a los nuevos accionistas.

La fecha tope para que Isolux Corsan evitan la entrada en concurso de acreedores -el 4 de julio- se acerca y las posibilidades para que elude este paso -ahora está en preconcurso- se reducen. El presidente de esta empresa de construcción e ingeniería, Nemesio Fernández-Cuesta, negocia la entrada de un socio, al tiempo que la concesión de un crédito puente por parte de la banca acreedora.

Pese al apetito de inversores institucionales, como son los fondos, el perfil de la empresa parece encajar más con socios industriales. En todo caso, según medios consultados, los  eventuales compradores no están conformes con las condiciones, si bien se plantea para la entrada de Isolux EPC (la sociedad rentable). Además si bien uno de los aspectos básicos del plan de viabilidad consiste en la venta de activos y en separar en nuevas sociedades los rentables de los que incluyen más riesgo, el proceso no está en la fase que se solicita.

Como consecuencia, la concesión de un crédito puente se enfrenta casi a las mismas dificultades que en las semanas previas el preconcurso, cuando en primer lugar Santander desconfío de la capacidad de Isolux para hacer frente a sus compromisos. Esta entidad desapareció con  la venta de su riesgo a Goldman Sachs, por lo que la aportación recaería en sus actuales socios: La Caixa y Bankia. Las pérdidas de Isolux del pasado ejercicio se han elevado a 1.322 millones de euros lo que implica un patrimonio negativo por 802 millones.

También el 4 de julio se celebrará un junta extraordinaria de accionistas que será el escenario de un cambio de estatutos y consejeros, pero no es previsible que afecte a la presidencia del grupo, que cuenta con el apoyo de socios tan relevantes como La Caixa.

El pasado 26 de mayo el consejo de administración de Isolux Corsán aprobó el plan de viabilidad y revisó las cuentas del ejercicio de 2016. Este plan contempla la separación de las actividades empresariales del grupo en tres compañías: una primera, que reuniría los proyectos en curso y en cartera que generarán, o ya lo hacen, caja positiva; una segunda, integrada por obras cuyas necesidades de financiación adicional para su culminación son inferiores al riesgo contenido por garantías y avales; y una tercera en la que se integraría el resto de las actividades, incluidos todos los activos que están en proceso de desinversión.

El objetivo es que la reestructuración mantenga el mayor número posible de puestos de trabajo, minimice los riesgos asociados a las garantías en vigor y facilite la continuidad de la empresa a través de los proyectos que tienen viabilidad operativa y financiera.

De hecho, la nueva compañía o ‘Goodco’ gestiona 204 proyectos en 13 países, tendría una cifra de negocio superior a 500 millones de euros en 2017, que se elevaría a más de 700 en 2019, y una cartera de pedidos de 1.000 millones de euros, lo que permitiría conservar más de 1.000 empleos.

El plan de desinversiones está básicamente centrado en los activos concesionales. La operación más relevante es la venta de las líneas de transmisión en operación o ya construidas en Brasil.

 

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