La empresa gasista que preside Antonio Llardén parece que sigue contando con el interés de los fondos de inversión que son, en su conjunto su primer accionista. Ahora, según datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la sociedad de gestión de activos Amundi, que está controlada por el banco francés Crédit Agricole, se ha convertido en el tercer accionista de la compañía con más del 3% del capital.

Esta firma, que cotiza en Bolsa, sólo está precedida por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con un 5%, y por Fidelity, que tiene el 2,19% de la gasista.

Enagás es considerada una compañía idónea para inversores que opten por valores con ingresos y beneficios estables y predecibles, aunque no ofrezca un perfil que permita ganancias elevadas en el corto plazo. La rentabilidad de su dividendo es del 5,57%, el tercero más elevado del Ibex. En el año, pese a un tibio comienzo, se apunta más del 9% y su valor en Bolsa se eleva a 6.300 millones de euros.

Más del 70% de su capital esta en manos de inversores institucionales extranjeros, de los que el 29% son residentes en Reino Unido, seguidos por Estados Unidos y Canadá, con el 19% y Europa continental, con el 18%. En China y en Abu Dhabi, están el 3% y el 2%, respectivamente.

Llardén se ha enfrentado durante su presidencia a un cambio muy relevante en el accionariado de la compañía, con la salida de las Cajas de Ahorro, a raíz de la crisis de una gran parte de estas entidades.También hace tres años Omán Oil optó por vender su 5%, pero el interés de los inversores institucionales ha permitido que el valor encarará los efectos negativos que suele conllevar la salida de socios significativos.