Alcismo puro y duro en la sesión europea que, sin embargo, se ha puesto a prueba con resultados desguales. Les explico, atendiendo a las subidas de los índices poco más se puede pedir. Es más, quizás ha sido un poco exagerado. Pero atendiendo a cómo se han comportado algunos de ellos en las zonas comprometidas, ahí sí que hay algo que decir.

Nos dejan con el alma en vilo tres de los cuatro índices principales del Viejo Continente y no digo los cuatro porque el Dax y sus 7.300 puntos no son en principio una barrera muy a tener en cuenta (el tiempo lo dirá). Pero los 4.000 puntos del CAC, los 6.000 del FTSE y los 10.500 del Ibex están ahí.

El índice francés ha conseguido, por poco, cerrar por encima de la barrera, tras haber llegado hasta los 4.020 y retroceder de forma brusca. Por los pelos y con la lengua fuera, pero lo ha logrado. En cambio, ni el Ibex ni el Footsie han conseguido el hito. El Ibex, a pesar del subidón, tocó los 10.500 untos y se fue para atrás como alma que lleva el diablo. El FTSE logró superar por poco los 6.000 y tras el retroceso no encontró de nuevo el pulso ni la fuerza para un cierre por encima de esa cota.

¿Es preocupante? En realidad no. Sería preocupante si dentro de una semana observáramos que el precio rebota y rebota contra las barreras y no sigue su evolución lógica, así que no es cuestón de ponerse serios aún. Pero sí les anticipo que son niveles a vigilar de cerca.

De resto, poco que decir. Subida de principio a fin de esas que hacen las delicias de casi todos (esta vez los bajistas no estarán de acuerdo), con buen perfil de sesión y con casi todos los valores subidos al carro y, sobre todo, con los bancos en primera fila, sobre todo los grandes, que ya era hora.

Al cierre, apunten porque de eso no se suele ver mucho. El Ibex ganó un 2,13%, el Dax un 1,86%, el CAC un 1,63 y el FTSE, que estuvo algo más moderado y con un perfil más reservón, se apuntó un avance del 0,86%. No conviene lanzar las campanas al vuelo, pero los bajistas parecen haber desaparecido y eso que llevaban unos días creciditos.