Días complicados para la empresa de ingeniería y bienes de equipo Duro Felguera, que ha sido y es un referente de la industria asturiana. La internacionalización se mantiene como el motor que ha permitido su crecimiento, pero también se ha convertido en un factor de riesgo, con impagos y demoras que se acercan a los 500 millones de euros.

Estos problemas de cobro, que son objeto de reclamaciones y arbitrajes internacionales (alguno en Venezuela), han conducido a la empresa asturiana a dificultades para hacer frente a sus compromisos con los acreedores. En este contexto la compañía negocia desde hace meses con la banca (Santander, BBVA, Sabadell, Bankia, CaixaBank y Popular), con la tiene contraída una deuda neta de 205 millones al cierre del primer trimestre, un acuerdo de refinanciación que despeje su futuro y aleje el riesgo de entrar en preconcurso de acreedores. Y evitar así entrar en la mismo proceso que ha afectado a empresas como Pescanova, Abengoa o Isolux.

La compañía que preside Antonio del Valle anunció el pasado 22 de junio que había alcanzado un «acuerdo de espera» con las entidades bancarias, si bien bajo condiciones. Este acuerdo le permitirá contar con tres meses de moratoria, en los cuales la empresa no tendría que hacer frente al cobro del principal de la deuda y de sus intereses. En ese periodo se negociaría la refinanciación del conjunto del endeudamiento financiero.

Pero existen otras cuestiones a resolver. La banca, que acepta que la empresa puede ser viable, quiere que adopte otras medidas que permitan mejorar su fortaleza financiera, y que pueden consistir en la entrada de un socio en su accionariado o en una ampliación de capital, o ambas. Los bancos quieren eludir además que se convierta en otra empresa en manos de las entidades acreedoras.

Si bien la situación de Duro Felguera es delicada. Ha dejado en Bolsa un 75% de su valor en cuatro años y en 2017 acumula un descenso superior al 40%. En 2016 ha perdido 18 millones de euros. Mientras se enfrenta a un conflicto laboral por el cierre de un factoría, yo los sindicatos reclaman un plan industrial y cuestionan la gestión del actual equipo directivo.