La presencia de Catalunya en lugares destacados de los medios de comunicación ya es habitual. Lo que pasa en esta comunidad tiene morbo -ya que no soluciones- y es habitual que algunos transforman las noticias en editoriales…

Dado el interés que parece generar lo que sucede en estas tierras no deja de sorprender que la ley aprobada por unanimidad -recalco, por unanimidad- en el Parlament la pasada semana en la que se declara ilegales los tribunales del franquismo en Catalunya y en consecuencia son nulas todas sus sentencias haya tenido tan poco eco.

En el momento de escribir estas líneas ni el Gobierno ni el PP han reclamado la suspensión de esta ley ante el Tribunal Constitucional, y quizás no lo hagan teniendo en cuenta que los parlamentarios populares respaldaron con su voto la citada ley y se sumaron a los aplausos que se produjeron tras su aprobación. Y esto que los populares siempre les ha costado mucho condenar el golpe de estado de Franco y la represión tanto en la guerra civil como en los cuarenta años que la siguieron.

Extraña sin embargo que otras fuerzas, como los socialistas o Podemos no hayan asumido la iniciativa del parlamento catalán y aprovechen el precedente para tramitar una resolución similar en el Congreso de los Diputados. De momento sus señorías están por otros asuntos, olvidándose que las sentencias pronunciadas en juicios sumarísimos, tribunales de orden público… siguen vigentes. Supongo que muchas de aquellas sentencias abochornan no sólo a los juristas -que ya lo censuraban en épocas difíciles- si no también a una buena parte del estamento judicial.

Hoy por hoy  las sentencias de los tribunales franquistas -com la condena a muerte del presidente Companys o la del anarquista Salvador Puig Antich- sólo son nulas en Catalunya.