Los mercados se encaminan a la mitad del mes de julio, donde volverá el calor y los inversores esperan con ansia sus vacaciones sin más sobresaltos. La semana ha comenzado con ligeros rebotes. Desde las dos décimas del Ibex 35 español que le llevó a asegurarse la cota de los 10.500 puntos (10.509,5), hasta los avances del 0,4% de la Bolsa de Parías o del 0,46% de Fráncfort o el 0,34% del mercado londinense.

Pero todo indica que los mercados han emprendido el camino del aplanamiento estival, con ligeras caídas ante las ganas de los inversores de comenzar a retirar algunos de sus beneficios de la primera mitad del año. Aunque los expertos se muestran convencidos de que los inversores no se estarán quietos ya que al tiempo que recogen algunos de los frutos logrados, también se prevé que compren otros valores más baratos a fin de estar preparados para cuando acabe el verano y poder consolidar a fin de año sus beneficios.

Pero no se pueden dejar al margen las decisiones que adopten durante este verano los bancos centrales. En Europa los vientos soplan hacia septiembre en que todos los mensajes de algunos miembros del BCE anuncian que los inversores deben prepararse para una reducción gradual del programa de compra de bonos. Aunque todo apunta a que en la práctica la decisión comenzará a aplicarse en 2018.

Por este motivo, poco se puede esperar en julio, a no ser que llegue cierta estabilidad en los bonos, después de las caídas registradas las pasadas semanas. Todo dependerá del BCE, que parece apostar más por enfriar el mercado, y las decisiones que anuncie el próximo 20 de julio.