El PP comienza a calentar motores para las elecciones generales del próximo año, si es que José Luis Rodríguez Zapatero decide no adelantarlas, y su presidente, Mariano Rajoy, comienza a ofrecer las primeras «promesas» electorales de lo que hará de llegar a La Moncloa, como todas las encuestas parecen asegurarle, en una especie de borrador de lo que será su programa electoral. Este miércoles inauguró la que podría ser su nueva etapa, tras la victoria del 22-M, asegurando que nada más llegar al Gobierno pondrá en marcha un paquete de medidas encaminadas a lograr la austeridad de las cuentas públicas, la transparencia en la gestión de todas las Administraciones y la creación de empleo, algo que de momento se comenzará por aplicar en las comunidades regidas por el PP.

Rajoy, que reunió en un almuerzo de trabajo a todos los presidentes autonómicos y regionales del partido, ha explicado al finalizar que dicho encuentro tenía como objetivo «hablar» de las medidas de austeridad que se deberán poner en marcha cuanto antes desde las diferentes comunidades donde gobierna el PP, aunque les ha pedido «silencio» a los dirigentes del partido, ya que será él mismo el que se encargará de explicar las medidas que defenderá el PP a partir de ahora. Precisamente, cabe recordar, desde las filas del Gobierno y del PSOE siempre le han criticado su falta de propuestas.

«Es el compromiso electoral del PP con España», según ha asegurado Rajoy, ya que estos tres ejes (austeridad, transparencia y empleo) fueron utilizados por todos los candidatos autonómicos y locales de su partido. Y para demostrar su firmeza, una vez lograda la mayoría en las principales regiones ya ha pedido que se reuna el Consejo de Política Fiscal y Financiera, (CPFF), y la Federación de Municipios y Provincias  (FEMP), para poner un techo tanto al gasto como al endeudamiento de esas instituciones, así como la convocatoria de la Conferencia de presidentes autonómicos en la que espera que se debata sobre empleo y sistema educativo.

Ante los últimos datos de déficit público, con los que se ha comprobado que mientras el Estado ha cumplido drásticamente el recorte del gasto mientras comunidades y ayuntamientos han  seguido elevando el déficit púlbico, Rajoy considera que es «urgente» que todas las administraciones recuperen la senda de la austeridad, a fin de poner fin a la actual crisis económica. Por este motivo, de ganar las elecciones una de las primeras decisiones que adoptará será fijar un «techo de gasto público», acorde con el fijado en los Prespuestos Generales del Estado.

Aunque esta medida por sí sola no alcanzaría el objetivo de disciplina presupuetaria sin emprender, al mismo tiempo, una reforma en profundidad en el sector público. De momento ya se ha puesto de acuerdo con sus presidentes autonómicos para que empiecen a eliminar entes y organismos públicos, limitar el número de consejerías a un máximo de diez, reducción de altos cargos, recorte del parque de coches oficiales o la racionalización de gastos, incluida la utilización de móviles.

Pero al mismo tiempo, todo lo que se haga será poniendo primero sobre la mesa las cuentas públicas, actualizándolas y como ya han asegurado en las autonomías donde gobiernan, mandando realizar auditorías para saber de qué dinero se está hablando. Con este empeño llegará a «verificar» el estado en el que se encuentra la tesorería pública cuando se produzca el cambio de Gobierno.

Y para la creación de empleo, de momento, lo único que ha adelantado como medida concreta será la puesta en marcha de un «plan de emperndedores», aunque la preocupación está en la actual situación económica y financiera de las comunidades autónomas. Rajoy hasta ha puesto en duda la situación en que se encuentra la recaudación de impuestos, pero adelantó que en todas las comunidades del PP se aplicarán los principios de «austeridad».