Quinta sesión de la semana y más ganancias en Wall Street. Con las nuevas subidas registradas por el Dow Jones y el S&P 500 los dos índices lograron registrar nuevos récords históricos. Sólo hizo falta que el primero subiera un 0,39%  hasta situarse en los 21.637,74 puntos, y el segundo un 0,47% para alcanzar los 2.459,27 enteros, pero es que veníamos de batir una y otra vez el máximo histórico. Tampoco el Nasdaq se quedó rezagado al avanzar un 0,61% y situarse en los 6.312,47 puntos.

¿Por qué esos nuevos récords? La verdad es que los inversores compraron con cautela, mientras veían uno tras otro los resultados de los grandes bancos del país. JPMorgan bajó un 0,91% porque el mercado no cree que con lo conseguido hasta ahora sea capaz de cumplir las previsiones para todo el ejercicio; las cuentas de Citigroup tampoco convencieron, y se dejó en el parqué un  0,43% y los ingresos de Wells Fargo no fueron lo que se esperaba, con lo que su caída fue del 1,15%.

La inflación de EEUU, por su parte, dejó las cosas como estaban, es decir, en el 1,6% en junio con lo que las presiones inflacionistas de momento no preocupan a la Fed para un posible movimiento de su política monetaria, antes de lo que calculan. También en junio las ventas minoristas cayeron un 0,2%, lo que justifica que los precios sigan contenidos, si bien este descenso no es compatible con que la economía pueda crecer a un mayor ritmo.

En el mercado energético, el petróleo aumentó sus precios. El West Texas se aupaba a los 46,59 dólares y el interés de la deuda pública a diez años se elevaba al 2,327%. Sólo el dólar cedió de nuevo paso al euro, que cambiaba a 1,1469 dólares, siguiendo en aumento como ha ocurrido toda la semana.