El impacto monetario de la corrupción política

24/07/2017

Francisco Canós.

La corrupción política nos ha costado decenas de miles de millones de euros en las últimas dos décadas. Algunos llegan a decir que hasta 90,000 millones de euros al año. ¿Estamos asistiendo a un fenómeno sin precedentes y sin freno? O, por el contrario, ¿estamos asistiendo a los estertores finales de este trágico fenómeno?

Si algo caracteriza a la España de las últimas décadas y en especial desde finales de los 90 hasta no hace muchos años, es el trágico fenómeno de la corrupción política. Recordemos que un servidor público no maneja sus dineros, sino el dinero de todos. Es por ello que tiene una doble responsabilidad, una por gestionar bien lo que tiene entre manos (como deberían hacer todos con su propio dinero) y otra porque ese dinero no es suyo. Utilizarlo mal, de manera irresponsable, con el fin de financiar su partido o ya en el extremo, llevándoselo crudo personalmente, es algo muy grave, que debe ser castigado sin miramientos y que debe levantar un sentimiento irrefrenable en la sociedad de asco y repudio hacia dichos comportamientos y hacia las personas responsables de los mismos.

La corrupción, como todos los aspectos humanos, nunca desparecerá por completo, como no lo hará la avaricia, la envidia, y otra serie de elementos consustanciales a la naturaleza humana. Sin embargo, sí que se pueden limitar. Y ese objetivo se consigue principalmente combinando dos elementos. Uno la repudia de la sociedad. Un corrupto tiene que ser apartado no sólo de la actividad política que realiza, sino que tiene que sentir el “cinturón sanitario” alrededor de él. Ser sacado del circulo en el que se había situado, expulsado, cual militar degradado por deshonor al que se le arrancan públicamente las insignias obtenidas a lo largo de su carrera. El otro es el punitivo. La libertad conlleva la responsabilidad. Si uno la hace tiene que ser consciente de que si le pillan la va a pagar. Y lo va a pagar no sólo con lo que ha robado. Tiene que ir más allá. La multa y la cárcel tienen que ser un contrapeso aplastante que sirva de freno de contención frente a tentaciones, por muy humanas que puedan ser.

 Ya situados en el tema, ¿cómo vamos? Creo que es importante desbrozar los temas de corrupción en distintas capas que nos ayuden a entender quién es quién y sobre todo a poder focalizar el efecto dominó que genera la corrupción. Así, propongo dividir la corrupción política en:

  • Corrupción política directa
  • Corrupción política indirecta por gestión indebida
  • Corrupción de terceros inducida por la corrupción política
  • Corrupción política directa

Según diversas fuentes parece haber un consenso en las siguientes cifras de los principales casos de corrupción en España:

 Caso de los ERE: 1.200 millones de euros

Caso Pujol: 3.000 millones de euros

Caso Malaya: 2.400 millones de euros

Caso Púnica: 3.000 millones de euros

Caso Tarjetas Black:12 millones de euros

Caso Millet: 6 millones

Caso Imelsa: 3 millones

La corrupción política directa incluye dos apartados. Hay que diferenciar entre el dinero tramitado ilegalmente del dinero presuntamente considerado fraude. Por ejemplo, en el caso de los ERE, de los 855 millones, se consideran fraude unos 152. Es decir, por simplificar, una cantidad la recibieron trabajadores realmente objeto de ERE, pero a través de unos procesos incorrectos y otras cantidades directamente fueron a manos que nada tenían que ver. En el caso que expongo me refiero a la primera cantidad que puede coincidir con la cantidad defraudada o ser esta un porcentaje de la anterior. También destacar que las cifras son en algunos casos estimativas ya que al no haber sentencia firme no están validadas por sentencia judicial.

 La corrupción afecta a toda España y a todos los partidos políticos con responsabilidades políticas durante esa época. Se tiene constancia de unos 160 casos de corrupción política en España en proceso de investigación o concluidos. El número de causas se va a unas 1700 y unos 500 imputados o investigados, de los cuales sólo unos 20 han sido condenados o entrado en prisión.

  • Corrupción política indirecta

La corrupción política es especialmente dañina porque no se para solamente en lo directamente defraudado, sino que en muchos casos el efecto es multiplicador al tener que rescatar el resto de la sociedad el daño ocasionado por ellos. El rescate de las cajas es un claro ejemplo de ello. Ese impacto colateral directo se estima en unos 60,000 millones de euros según el propio Banco de España. También vemos que este efecto se produce entre los años 2008 y 2014.

Y aún queda un apartado dentro de esta corrupción política indirecta que considero destacable y que quiero asociar a la corrupción política. Estoy hablando de los “Despilfarros en época de bonanza”. Aeropuertos sin aviones, desarrollos urbanísticos millonarios desocupados, proyectos megalómanos difícilmente justificables.

 Destaco algunos de ellos:

  • Rescate Radiales de Madrid: 5,000 millones de euros
  • Conjunto arquitectónico dedicado al Agua en Zaragoza: 2.250 millones de euros
  • Ciutat de les arts i les ciencies en Valencia: 1.282 millones de euros
  • Ciudad de la Cultura en Santiago: 400 millones de euros
  • Ciudad de la Luz en Alicante: 350 millones de euros
  • Forum de las Culturas en Barcelona: 240 millones de euros

Cuando hablamos de infraestructuras, no todo está perdido. Salvo que la carretera acabe en un precipicio (que de todo hay, véase el puente de Talavera) o el aeropuerto se desvanezca en el polvo del secarral; eventualmente serán utilizados. Sin embargo, estamos hablando de un recurso que en su día parecía infinito, inacabable, pero que la realidad nos ha enseñado que es escaso: el dinero. Y cómo no da para todo lo que a nuestros queridos políticos se les ocurra construir, hay que seleccionar. Y seleccionar significa elegir algo y rechazar otras cosas. Por eso la sociedad tiene que reaccionar y crear este “cordón sanitario” alrededor de ellos. Construir un aeropuerto peatonal significa no construir un hospital, o un colegio, o aligerar las esperas de la Seguridad Social incrementando medios técnicos y humanos. Un político hace lo que hace porque básicamente espera que eso sea apreciado por sus votantes, y por lo tanto seguir en el poder. Igual es una descripción simplista y falta de matices, pero estoy seguro que muchos estarán de acuerdo en lo esencial de la frase. Si les volvemos a votar estaremos validando su percepción y estaremos siendo cómplices de preferir ese aeropuerto peatonal a una mejor educación para nuestros hijos.

  • Corrupción de terceros inducida por la corrupción política

En este capítulo habría que incluir todos aquellos comportamientos de entidades, empresas, o particulares, que al amparo de una situación corrupta política han realizado actividades que, beneficiándose de información privilegiada, han repercutido en su propio beneficio y en detrimento de la sociedad. Traducido, que se han llevado un margen que no les hubiera correspondido en una situación no-corrupta, quitándoselo por tanto al bien común de la sociedad. Esta cifra es tremendamente difícil de evaluar, ya que es la segunda o tercera derivada de la corrupción. Sin embargo, la sensación obvia nos anticipa que ha producido el mayor impacto tanto monetario como de influencia en el comportamiento y en la imagen que como sociedad damos. Recientemente se ha generado bastante polémica por declaraciones como la de la periodista Cristina Fallaras, en la que estima (aunque sin entrar en cómo lo justifica) que la corrupción está costando a la sociedad española unos 90.000 millones de euros por año, o lo que es lo mismo unos 2.000 euros por español (https://www.youtube.com/watch?v=kdaW0ueQE-s).

De los datos que hasta ahora tenemos, y poniendo el tema en perspectiva, estaríamos hablando que el impacto monetario de la corrupción política en España es de aproximadamente unos 150,000 millones de euros repartidos a lo largo de dos décadas, con un pico directo al principio de la década de este siglo y con otro pico fruto del efecto colateral de esta corrupción política a en la primera parte de la década presente. Esta cifra es muy importante, representa el 1.5% del PIB español.

Podríamos ser populistas y establecer cuantas escuelas, hospitales, asistencia a dependientes, reciclaje de parados, ayudas a start-ups y emprendedores, rebaja en cotizaciones, etc… se podrían haber realizado con ese dinero. Sin duda muchas cosas. Sin embargo, el impacto peor es en la cultura y en la sociedad española. Parece que estamos viendo un ocaso de este impacto monetario, pero si el impacto en la cultura y en la sociedad no se corrige, sin duda, los picos volverán. De todos nosotros depende que esto no sea así. Premiemos a quien lo haga bien y castiguemos a quien no.

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