El secreto de la felicidad de los países nórdicos

04/08/2017

diarioabierto.es.

Recientemente, salieron a la luz los resultados del Informe Mundial de Felicidad 2017 en el que, una vez más, se demostró que los países nórdicos son los más felices del mundo, con Noruega a la cabeza, seguida de cerca por Dinamarca, Islandia, Finlandia, Suiza y Suecia, entre los diez primeros. España, por su parte, ocupa el lugar número 34.

Aún y la frialdad de su clima, la lejanía geográfica o la soledad que, en contrapartida, se ha asociado desde hace tiempo a los habitantes de estas regiones europeas, nada ha impedido que, un año más, sigan manteniendo el podio de honor y hayan obtenido de nuevo los mejores índices de bienestar y felicidad.

Del ‘hygge’ danés al ‘kos’ noruego

¿Pero dónde reside exactamente el secreto de ese júbilo permanente? El estudio revela que para determinar la felicidad de estos países se han analizado los elementos sociales principales: seguridad, honestidad, libertad, educación, salud, generosidad, condiciones laborales, poder económico adquisitivo y confianza en el poder político. Sus más allegados, e incluso, personas totalmente ajenas al vaivén de estos países nórdicos, quienes llevan años admirando el éxito de su estilo de vida; lo resumen en una sola palabra.

El ‘hygge’ en Dinamarca o el ‘kos’ en Noruega, son dos términos imposibles de traducir haciendo uso de una sola palabra en nuestro idioma, que resumen la filosofía y el secreto de la felicidad de los habitantes de estos países, según ellos mismos. En estas dos palabras reside la complejidad del bienestar en las cosas más sencillas y mundanas, y la capacidad de saber apreciar que la felicidad se encuentra ya en nosotros mismos.

Estos vocablos, son todo lo que los habitantes nórdicos entienden por su felicidad y, realmente, gracias a ello son felices. En su compleja simplicidad se encuentran valores y apreciaciones que van desde agradecer el momento que vivimos junto a las personas que nos acompañan y se unen a nosotros, disfrutando de una tranquila y cómoda velada en casa al borde de la chimenea con una manta a la cálida luz de las velas; a darse el placer de complacer sus caprichos de vez en cuando. Por ello, es normal ver como los habitantes de estos países ostentan mayores lujos que los que podemos permitirnos los países mediterráneos, o anglosajones, dado el modelo político y social por el que nos regimos. Gracias a los buenos sueldos, pueden permitirse viajar, tener casas y coches, joyas… Gozan de libertad, igualdad y tranquilidad para llevar a cabo sus aficiones; tienen un sistema educativo que no distingue entre clases y al que todos pueden acceder, etc.

Es por todo ello que el hombre nórdico ha logrado situarse en lo más alto del escalafón social un año más y sigue desprendiendo cierta envidia entre los que querríamos llegar a esa felicidad que, inevitablemente, nuestro propio sistema no permite. No obstante, tenemos a nuestro alcance una buena vida y aunque el nórdico se presente con el poderío que innegablemente tiene, luciendo sus mejores ropas, su coche de última generación, sus joyas para hombre, su trabajo de alto standing… Depende de nosotros mismos saber qué hacer con ella para alcanzar nuestro propio ‘hygge’.

El tiempo sigue corriendo y no debemos perder de vista las manecillas del reloj. Porque por mucho que los relojes de hombre nórdico tengan un precio más elevado, el valor del tiempo es el mismo, sólo debemos darnos cuenta de cómo invertirlo para descubrir el secreto de nuestra propia felicidad.

Y si todavía os habéis quedado con ganas de saber más sobre la vida nórdica, no perdáis de vista el blog de Sara López, una vallisoletana afincada en Dinamarca que nos descubre todos esos secretos, y muchos más, de los habitantes más felices del mundo.

 

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