Hay días que las Bolsas europeas no merecen ni tan siquiera la calificación de mercados independientes y parecen más una sucursal de Wall Street abierta por la mañana que otra cosa. Hoy ha sido uno de estos días mal que les pese a todos.

Podían haber intentando abstraerse al ambiente negativo en Estados Unidos provocado por los malos datos laborales. Al fin y al cabo, el horizonte estrictamente europeo parece algo más despejado que antes tras amainar la nueva tormenta griega. Pero no. Había que seguir a Wall Street y cualquier sacaba los pies del texto.

Para ser justos hay que decir que el Ibex lo intentó y estuvo a punto de conseguirlo un ratito. Por momentos consumó la hazaña de estar en positivo apoyado en el descenso del paro, un dato que no por esperado puede dejarse pasar así como así. Pero al final pudo más la apertura a la baja en Wall Street y el Ibex terminó sucumbiendo también al «seguidismo».

Una pena que no haya un poco más de personalidad porque de esta forma siempre hay que esperar al cierre americano para hacer predicciones, pero tiene toda la pinta de que nos quieren embaucar como de costumbre.

Al cierre, el Ibex marcaba unas pérdidas del 0,76%, el Dax del 1,99%el FTSE del 1,36% y el CAC del 1,89%. Una oportunidad perdida para hacerse liberado un poquito.