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En este, todas las transacciones realizadas quedan grabadas en el archivo común, es decir, son visibles y rastreables por todos los miembros de la red. Además, el registro ya creado solo puede ser modificado mediante el consenso de todos los miembros.

Por los mayores niveles fiabilidad que garantiza, esta tecnología, que nació en 2009 de la mano del Bitcoin, está empezando a ser adoptada en otros tipos de transacciones financieras e incluso se vislumbra en vistas a una eventual digitalización de procesos democráticos, como votaciones.

Como muestra esta infografía de Statista, en una encuesta realizada a altos ejecutivos por el IBM Institute for Business Value, la mejora en la fiabilidad y seguridad de las transacciones fue destacada frente al resto de ventajas que Blockchain podría traer consigo. Así, por ejemplo, el 63% de los entrevistados identificó la mejora en la transparencia de las transacciones con esta tecnología.