Oficinas plagadas de sensores o cómo «espiar» a los empleados

16/08/2017

Marta Villalba. Cada vez más proliferan las plataformas tecnológicas para monitorizar los movimientos y la interacción de los empleados.

Hoy, cualquiera puede colocar una diminuta cámara dentro de su casa para vigilar a la niñera y saber todo lo que ocurre en ella con solo encender el smartphone. Aún más habituales son las cámaras de videovigilancia en las empresas como medida de seguridad. Pero una nueva tendencia asoma: los sistemas para hacer un seguimiento a los empleados, basados principalmente en la colocación de sensores y/o wearables.

Cada vez más compañías están recolectando datos sobre el comportamiento y la interacción de los trabajadores con el entorno laboral, a través de plataformas tecnológicas específicas para ese fin, entre ellas Humanyze. Su sistema se basa, por un lado, en la utilización de una tarjeta de identificación similar a las de acceso a edificios que se llevan colgadas al cuello. Solo que esta integra sensores de radiofrecuencia RFID, NFC, bluetooth para la detección de proximidad, infrarrojo para detectar interacción cara a cara, acelerómetro y dos micrófonos. Con todas ellas recopila información como por dónde se mueve el empleado, con quién habla (aunque no registra la conversación, solo el tono de voz y el volumen) y cómo interactúan dentro de la oficina.

Otra fuente de información de la plataforma Humanyze son las comunicaciones digitales del empleado. Los datos recogidos por ambas vías llegan a unas balizas y desde ahí se transmiten de forma automática a la nube. Aquí se analizan y luego se envían a los responsables y a los propios trabajadores, quienes acceden a ellos desde el ordenador. Así pueden acometer medidas a nivel organizativo.

Cuando el periódico Daily Mail instaló (sin avisar) los sensores del sistema Occupeye se armó tal revuelo que terminaron por quitarlos, después de que el Sindicato Nacional de Periodistas pusiera una denuncia por invasión de la privacidad. Para realizar el seguimiento a los empleados, este sistema tecnológico consiste en colocar sensores, normalmente fijados debajo de la mesa de los empleados o en el techo o la pared. Estos envían la información a unos receptores conectados en una red. «En un bloque de oficinas con tres pisos podrían desplegar 100 sensores por planta y 3 receptores (uno por planta)», explican en la web.

Un servidor y un software analítico completan este sistema que proporciona a los usuarios autorizados información en tiempo real. Desde el navegador del ordenador acceden a informes con un sinfín de gráficas lo que permite el análisis de forma individual por empleado o incluso por mesas, departamentos, habitaciones, plantas o edificios. Los sensores proporcionan información sobre cómo se mueven los empleados, si están sentados trabajando o si se levantan con frecuencia, por ejemplo, para ir a fumar o a la impresora.

El sistema Enlighted también consiste en instalar sensores por toda la oficina. Deloitte es una de las empresas que ha experimentado con esta tecnología. En este caso se encuentran ocultos, pasan desapercibidos para los trabajadores. Aunque en este caso registran el comportamiento de los empleados y emiten informes en tiempo real para adaptar las condiciones lumínicas y de temperatura de la oficina y así ahorrar costes. Un seguimiento del que solo se salvan en el baño.

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