Una conferencia de banqueros centrales a bombo y platillo

22/08/2017

Roberto Berzal. “Se espera un cierto endurecimiento por parte de la FED de los estímulos que está llevando a cabo. Podríamos ver movimientos semejantes a los de la FED para el resto de Bancos Centrales, en especial el Bank of England y el BCE,” según Roberto Berzal, Sales Trader de Orey Financial, que analiza también el fin del mandato de Yellen.

El simposio de Jackson Hole entre banqueros centrales, políticos más poderosos y las mentes más destacadas del ámbito financiero, es uno de los tradicionales eventos económicos más importantes del año, en el que se reflexiona sobre la economía y la política monetaria y en el que a menudo lanzan pistas sobre sus próximas decisiones. En los últimos años, las cumbres de Jackson Hole se han producido en un momento de gran incertidumbre y este año no será diferente. La incertidumbre que se cierne sobre la economía de Estados Unidos y las últimas tensiones geopolíticas con diferentes países (Irán, Corea del norte, etc.) siguen siendo una amenaza importante para los mercados financieros.

Endurecimiento de la política de los bancos centrales a nivel mundial

La economía estadounidense está viviendo una cierta desaceleración, con datos dispares en diferentes indicadores macroeconómicos. Mientras que el mercado laboral americano vive una de sus mejores épocas, superando incluso las tasas pre-crisis, otros factores de la economía no terminan de afianzarse, como puedan ser las ventas minoristas, la clara debilidad de la inflación, empeoramiento de las perspectivas para este año o la debilidad del dólar frente al resto de divisas. Por estos motivos se espera un cierto endurecimiento por parte de la FED de los estímulos que está llevando a cabo, como dejo claro su presidenta (Janet Yellen) en la última reunión de Junio. Parece claro que si facilitarán más datos referentes al inicio de la reducción del balance, que se sitúa en los 4,5 Billones de dólares.

Con el resto de bancos centrales podríamos ver movimientos semejantes a los de la FED, en especial el Bank of England y el BCE (antesala de la importante reunión que tiene el próximo mes de septiembre, o como tarde en octubre). En los últimos tiempos se está viendo un cierto “frenazo” en las principales economías mundiales, con datos realmente dispares entre unas y otras, por lo que el mercado espera alguna medida para paliar esta desaceleración. Recordar que el Banco de Inglaterra tuvo que volver a expandir de nuevo su balance tras el resultado adverso del referéndum sobre la UE (Brexit). Los bancos centrales en su conjunto llevan desde la crisis del 2007 en modo «medidas extraordinarias». Podríamos decir incluso que la velocidad de expansión se ha acelerado desde el 2014, justo la fecha de la supuesta «normalización» de la Reserva Federal. Por todo esto podríamos considerar como probable alguna medida de endurecimiento de las políticas monetarias.

En los mercados, parece que están viviendo más un rebote tras las fuertes caídas vividas la semana pasada, que un descuento por un posible endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales. La escalada de tensión entre EEUU y Corea del Norte llevó a los mercados bursátiles a perder en torno a un 5% en tan solo 4 días, con un fuerte incremento del índice del miedo (VIX) llevándolo a niveles no visto en los últimos 5 años, así como un factor extra de debilidad para la divisa americana, el dólar. Tras una rebaja en la “retórica” entre ambos países hemos visto como los mercados han rebotado con fuerza, el VIX ha vuelto a su posición inicial, el oro y el BUND alemán dejan momentáneamente de ser activos refugios y el dólar gana fuerza frente al euro.

Los planes de Draghi

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, acudirá a la reunión de Jackson Hole por primera vez desde hace tres años. Su presencia en Jackson Hole ha disparado en las últimas semanas las especulaciones sobre las razones por las que esta vez sí asistirá, especialmente teniendo en cuenta las circunstancias de su última visita en agosto de 2014. Hace tres años, Draghi aprovechó su intervención para señalar que había que hacer más para impulsar la economía de la zona euro. Unos meses más tarde, en enero de 2015, el BCE anunciaba sus medidas de estímulo (quantitative easing o QE por sus siglas en inglés). Draghi llevó a cabo en Sintra un discurso bastante “Dovish” ,pero su discurso generó un pequeño terremoto en los mercados, impulsando al alza los tipos de interés y, sobre todo, provocando una fuerte apreciación del euro. El BCE dijo posteriormente que se habían malinterpretado.

El mercado espera que en la reunión del 7 de septiembre el BCE adelante sus planes para ir reduciendo paulatinamente las medidas de estímulo. En diciembre del año pasado, el BCE redujo el volumen mensual destinado a la compra de deuda desde 80.000 millones a 60.000 millones y extendió el programa hasta diciembre de este año. Esta reducción del volumen comenzó a hacerse efectiva en abril de este año. En sus últimas intervenciones, Draghi ha apuntado hacia esa retirada de los estímulos. Recordemos que los tipos de interés de referencia en la zona euro están en el 0% (los tipos de depósito en -0.40%). Muy probablemente la retirada del programa de compra de activos no se empiece a implementar hasta enero del año que viene pero, con cierta antelación, el BCE tendrá que comunicar cómo visualiza esta salida, y se da por hecho que será muy gradual, es decir, que el programa no se acabará de un día para otro. A la vuelta de verano se verá si el BCE sigue los pasos de la Fed o elige su propia estrategia.

Los planes de Yellen

Tras la segunda subida de tipos de interés que llevó a cabo la FED en el mes de junio, situando la tasa en el 1.25% actual, y tras la anterior subida que se produjo en el mes de marzo del presente año, el mercado está a la expectativa de conocer si habrá un tercer incremento de tipos, y de ser así cuando sería. El retroceso de la inflación y el atasco en la materialización de los estímulos fiscales podrían llevar a la FED a ralentizar el ritmo de subida de tipos que tenía marcado inicialmente. Si bien Janet Yellen llevó a cabo un discurso moderado en su comparecencia de junio, en la cual resaltó las fortalezas de la economía americana, pero también puso el foco en las debilidades de la misma, todo parece indicar que el discurso podría ser de nuevo conservador. Pero hay que estar atentos, ya que en las últimas semanas hemos asistido a una fuerte devaluación de la divisa americana, motivada principalmente por las políticas del presidente Donald Trump, con lo que podríamos ver un discurso algo más agresivo de lo normal por parte de Yellen para intentar dar oxígeno al dólar.

Cada vez más voces en el seno de la Reserva Federal se han mostrado partidarios de que no se produzca próximamente una nueva subida de tipos de interés, como quedó patente con las recientes declaraciones de los miembros Bullard o Williams. Se barajean dos posibles fechas, la próxima reunión de la FED de septiembre o bien la última que tendrá antes del cierre del presente año 2017 en diciembre; el consenso da como probables estas dos reuniones de la FED porque son las únicas que quedan del año en las cuales habrá comparecencia posterior de Janet Yellen tras la reunión, ya que en las reuniones de octubre y noviembre la presidenta de la FED no comparecerá ante los periodistas. Según fuentes de Bloomberg, la probabilidad de que se produzca un incremento de tipos de interés en la reunión del próximo 20 de septiembre se sitúa en un 5.6%, mientras que la probabilidad de que dicha subida se produzca en la reunión del 13 de diciembre se ha visto fuertemente incrementada hasta el 38%. De producirse finalmente una tercera subida de tipos en USA en este año 2017, todo apunta al mes diciembre frente a septiembre como la fecha elegida.

El fin del mandato de Yellen

Tras ser nombrada por Barack Obama como presidenta de la Reserva Federal en febrero del año 2014, el mandato de Janet Yellen llegará a su fin el 3 de febrero del 2018. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo recientemente que aún no han decidido sobre la presidencia del Banco Central, por lo que queda abierta a un posible segundo mandato de Yellen. El presidente Trump fue muy crítico con la Reserva Federal durante las últimas semanas de la campaña presidencial, pero desde que asumiera la presidencia ha suavizado su postura, y ha evitado cuestionar públicamente las decisiones de la Fed de aumentar las tasas de interés. De no renovar a Janet Yellen como presidenta de la FED, el favorito de Trump sería Gary Cohn – si decide quedarse aunque perjudique su reputación tras la ambigua reacción del presidente a la violencia racista en Charlottesville – , el que fue presidente y jefe de operaciones de banco de inversión Goldman Sachs, y quien ostenta desde el pasado mes de enero el cargo de director del Consejo Económico Nacional, el organismo que asesora a la Casa Blanca sobre política económica global. Gary Cohn tiene un perfil conservador, con un discurso más ”hawkish” que Yellen y una línea más pareja a la actual presidencia americana. Otro candidato potencial es Kevin Warsh, que fue uno de los gobernadores de la Fed de 2006 a 2011 y se basó en su experiencia de Wall Street –adquirida en Morgan Stanley– para desempeñar un papel clave detrás de escena en los esfuerzos para sofocar la crisis financiera. Ha sido un crítico enfático del banco central desde entonces, abogando por cambios generalizados en la política monetaria y las comunicaciones al público.

La política conservadora de Janet Yellen:

A lo largo de su mandato Janet Yellen ha llevado a cabo una política conservadora, más preocupada por el desempleo que por la inflación. Yellen ha abogado por el uso de la política monetaria para estabilizar la actividad económica a lo largo del ciclo económico. Actualmente el mercado laboral americano se encuentra en situación de “pleno empleo”, con una tasa de desempleo por debajo del 4.5%; tal vez sea el mayor logro de la actual presidenta de la FED, devolver la tasa de empleo a niveles previos a la crisis del 2008, llegando incluso a superarlos.

Tras conseguir una mejora considerable de la economía americana, apoyada en una política expansiva de la FED y una reducción de los tipos de interés hasta el 0.25%, Janet Yellen inició la normalización de la política monetaria americana. Desde diciembre del año 2015 ha incrementado los tipos de interés en 4 ocasiones, quedando pendiente otra posible subida de tipos antes de acabar su mandato. Como señalamos anteriormente, ha propuesto iniciar lo antes posible (previsiblemente en el mes de octubre) una reducción gradual del balance de la FED, que se sitúa en los 4,5 Billones de dólares actualmente. Dejará que venza cada mes 6.000 y 4.000 millones de dólares en bonos del Tesoro de EEUU y deuda respaldada por activos. Luego ese volumen aumentará en 10.000 millones cada tres meses, manteniendo la proporción, hasta llegar a 50.000 al mes. Tampoco ha aclarado cuál será el tamaño final de su balance, excepto que será sensiblemente inferior al de los últimos años, pero mayor que antes de la crisis financiera. Se deberá de seguir muy atentamente a las posibles señales de alerta del mercado. Esta decisión de reducir activos puede suponer un ajuste monetario equivalente a aumentar sus tipos de interés en 0,25% adicional. Quedará por ver qué sucede finalmente con la inflación, aspecto que más preocupa actualmente tanto a la presidenta como a los miembros de la FED (como quedó claro en las actas de su última reunión).

Roberto Berzal es Sales Trader de Orey Financial

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