La instalación está compuesta por una pared de musgo, una planta acostumbrada a vivir sin tierra que funciona como un filtro del aire, ya que es capaz de acumular todas las partículas contaminantes y transformarlas en nutrientes.
Esta estructura urbana cuenta con paneles solares que suministran electricidad y un recolector de agua de lluvia que permite dosificar el riego. Asimismo, dispone de acceso a internet para poder medir el rendimiento del filtro y las necesidades de las plantas.
De acuerdo a la OMS, la contaminación del aire es una de las causas de muerte prematura más fecuentes del mundo, y la plantación de árboles no siempre es una solución viable debido a que las grandes urbes están cada vez más pobladas y cuentan con menos espacio, hecho que inspiró a diseñadores de la compañía alemana Green City Solutions a crear una alternativa en forma de árbol sintético.
Según sus creadores, el City Tree tiene la capacidad de absorber la misma cantidad de dióxido de nitrógeno que 275 árboles naturales, y cada uno de ellos es capaz de absorber 240 toneladas métricas de CO2 al año.
Hasta el momento, se han instalado ‘bosques portátiles’ en 25 ciudades de todo el mundo, entre ellas: París, Módena, Oslo, Hong Kong, Glasgow y Bruselas.
No obstante, el City Tree también cuenta con detractores que se preguntan si no sería más efectivo invertir dinero y tiempo en atajar directamente las fuentes de origen de la contaminación en lugar de sus consecuencias.
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