La ONG Human Rights Watch (HRW) denuncia que los bancos israelíes son cómplices de la ocupación de Palestina al financiar construcciones en este territorio a pesar de no estar obligados legalmente a proveer servicios en asentamientos.

«Los bancos israelíes están tomando decisiones comerciales que contribuyen a graves abusos contra los derechos humanos. Sus inversores deben insistir en pedir respuestas sobre las actividades que su dinero está financiando», subraya la directora de incidencia política en Israel y Palestina, Sari Bashi.

Inversores internacionales muestran su preocupación por las concesiones de préstamos o de hipotecas a colonos para adquirir viviendas y tierras en territorio que es palestino, aunque se encuentre ocupado por el Ejército israelía

Por estas actividades, los bancos violan sus responsabilidades con el Derecho internacional al no evitar abusos como «la toma ilegal de tierras, la discriminación contra los palestinos, y la anexión de facto de Cisjordania», señala la ONG.

HRW no ha encontrado normas que sostengan los argumentos esgrimidos por los bancos israelíes que aseguran estar obligados legalmente y que por tanto no pueden cesar sus actividades en los asentamientos de los colonos en la Palestina ocupada.

La ONG recuerda que las colonias son ilegales según el Derecho internacional y que está prohibida la utilización de la tierra por parte de una potencia ocupante, salvo para objetivos militares o beneficio de la población local que vive bajo ocupación.

«El traslado de los civiles de una potencia ocupante a territorio ocupado constituye un crimen de guerra. Debido a que estos abusos son inherentes a los asentamientos israelíes, las entidades financieras tienen la responsabilidad de dejar de hacer negocios en o con colonias israelíes, incluida la asignación o la realización de actividades dentro de los mismos», insiste HRW.

«En virtud de los principios rectores de Naciones Unidas sobre empresas y derechos humanos, aceptados por la mayoría de las grandes corporaciones, las compañías deberían abstenerse de contribuir o de beneficiarse de violaciones graves de los derechos humanos».

HRW pidió a estas entidades terminar su actividad en estas áreas, y a los inversores institucionales que exijan «responsabilidad» a los bancos en los que han tomado participaciones y que éstos clarifiquen el alcance de sus operaciones en la Palestina ocupada por Israel.