Felipe González ha señalado este martes que está «preocupadísimo» ante la situación política en Cataluña, y ha calificado el desafío independentista como «lo más preocupante en los últimos 40 años». En declaraciones a periodistas antes de participar en la II Asamblea de Madrid Foro Empresarial, ha confesado que la deriva independentista es el asunto que más le ha preocupado «en los últimos 40 años». Y preguntado por una posible salida al conflicto, ha deslizado que «entre demócratas» sería posible alcanzar una solución.
Al ser preguntado por las medidas adoptadas por Mariano Rajoy, respondió: «Yo hubiera tratado de excluir en la medida de lo posible lo penal, de no pasar por lo jurídico-institucional» y ha concluido: «Yo hubiera utilizado el instrumento político al que la Constitución me obliga, además que me lo ofrece».
Por otra parte ha respondido a los independentistas que aseguran que con el referéndum del 1 de octubre «enterrarán a Franco», que están haciendo lo contrario, ya que lo que «están es resucitándolo». Ha comparado lo que ha calificado de «crisis de Estado» con la actualidad de Venezuela. El líder socialista ha explicado durante una comparecencia que, según él, quienes afirman que con el referéndum del 1 de octubre «enterrarán» al dictador, lo estarán resucitando: «Creo que tenemos que evitarlo todos», ha dicho en alusión también a los resultados electorales en Alemania. «Cuando en los territorios hay mentalidades contrapuestas que fundamentan una supuesta legitimidad para actuar, es una crisis de Estado», ha sentenciado, añadiendo que lo que está ocurriendo en Cataluña «a lo que más se parece es a lo que hizo el señor Maduro».
En este sentido, ha llamado a recuperar el concepto de «ciudadanía, que nos ampara a todos» y ha expresado una petición dirigida a las autoridades catalanas: «Por favor, rectifiquen y vuelvan a la legalidad del Estatuto y la Constitución, en ese orden». Así, ha apuntado que no es de los que piensan que «no hay que reformar nada»: «No tengo ningún miedo», ha subrayado en tono irónico, «siempre fui un reformista de mierda, nunca un revolucionario».
Ha defendido la Constitución española al tiempo que aseveraba que en una comparación con cualquier otra carta magna, ésta sobresaldría: «Con necesidades de reforma, resiste una comparación con bastante ventaja con la Constitución del país democrático consolidado que más le guste a quien la cuestiona».
Además, ha pedido también que se salga «con respeto» de la «peligrosa aventura» que vive España, y ha exhortado a los líderes de las instituciones de Cataluña a tener como norma la convivencia y así «proponer cambios».
«Lo que más me duele es que se ha roto la convivencia», ha recalado González.
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