Los procesos productivos requieren unos mecanismos de evaluación constantes. Son muchos los aspectos a tener en cuenta y que precisan un esmerado control periódico: emisiones, riesgos laborales, eficiencia productiva, gasto energético, etc. Pero, ¿cómo se lleva a cabo ese mecanismo de análisis?, ¿qué herramientas existen para verificar el buen funcionamiento de los sistemas y garantizar la seguridad de los procesos productivos?

Calibradores, ¿qué son?

Cada aspecto de la producción posee unos instrumentos específicos de medición y control. Por ejemplo, los sonómetros miden el ruido y los termómetros registran la temperatura, pero estas herramientas se pueden desajustar y ofrecer resultados erróneos. Para mantener en nivel óptimo los instrumentos de medición y garantizar unos buenos resultados existen lo que denominamos calibradores.

La calibración consiste en comparar los parámetros que registra un instrumento cualquiera con los que realmente debería registrar, de acuerdo a unos patrones de referencia. Dicho de otra manera, la calibración permite conocer el nivel de error en que se mueve un aparato de medición.

¿Qué instrumentos de medición están sujetos a calibración? Pues prácticamente todos: medidores de tensión, presión, temperatura, óptica, resistencia, frecuencia, tiempo, corriente… la lista es extensa y todos tienen su correspondiente herramienta de calibrado. El mercado de estos productos es amplio; existen calibradores de presión, de temperatura, eléctricos, multifunción etc. Todos incorporan las últimas tecnologías para ofrecer un servicio con alta fiabilidad.

Calibración y ahorro energético

Uno de los aspectos que más preocupa a las empresas es el gasto energético. En función de las características de los procesos productivos, las facturas en electricidad pueden ser elevadas, por lo que se hace necesario aplicar mecanismos de ahorro.

Una primera medida pasa por optimizar el voltaje en las instalaciones. De eso se encargan los registradores de voltaje, que analizan los niveles de electricidad entrantes e identifican las zonas de mayor consumo. Herramientas como éstas precisan un calibrado periódico. De ello dependerá una buena lectura de datos y, en última instancia, un potencial ahorro energético en las empresas.

Riegos laborales y calibradores

En el aspecto de los riesgos laborales, los calibradores también cumplen una función destacada. Por ejemplo, existen industrias en las que los trabajadores deben soportan altos niveles de ruido y que exigen el uso de elementos de protección acústica. El ruido se mide a través de los sonómetros, que son los que indican los niveles de decibelios. Pero, ¿cómo saber que ese sonómetro está bien ajustado? Para ello está el pistófono o calibrador acústico. Este aparato genera un tono estable con una frecuencia predeterminada y se utiliza para asegurar que el sonómetro funciona correctamente.

Otros instrumentos de medida para la prevención de riesgos son los radiómetros ópticos, los exposímetros y los vibrómetros. Todos poseen sus calibradores correspondientes. Los vibrómetros o acelerómetros miden las vibraciones que deben soportar algunos operarios, por ejemplo los que trabajan con martillos hidráulicos. Para controlar el buen funcionamiento de estos medidores existen los denominados calibradores multifrecuencia de acelerómetros.

El mercado de los calibradores está en evolución constante. Empresas como Beamex, especialista en el sector, han ideado herramientas avanzadas de gran precisión. Algunas son multifunción, es decir, permiten el calibrado de varios factores, como presión, temperatura y señales eléctricas.