Esther Doña, marquesa de Griñón, amadrina la nueva tienda de Rosa Clará en Santander «lo hago por amistad y porque sus vestidos son maravillosos. Elegí dos de sus diseños para celebrar mi boda porque me apetecía ponerme dos trajes maravilosos y los de Rosa Clará lo son». Y es hablar sobre la celebración de su boda y a Esther Doña se le iluminan los ojos «teníamos pensado cas arnos,pero no sabíamos cuándo pero sí que queríamos que fuera como lo hicimos, los dos solos, que fuera nuestro día porque en una celebración tienes que estar pendiente de los invitados y no lo vives igual. A mí me sorprendió Carlos cuando me dijo «venga nos casamos ya». A Esther que, aún no se acostumbra a que la llamen Marquesa, «yo soy Esther Doña y me he casado con Carlos Falcó», asegura que su marido le da confianza, aplomo y seguridad. Sobre la ausencia de los hijos de Falcó en la celebración nupcial, no quiere entrar en detalles «no se por qué no vinieron porque la relación con ellos es buena. Con Támara cuando viene a casa estamos fenomenal y Duarte vive con nosotros, pero también echamos en falta muchas ausencias de amigos queridos». Esther aclara cómo fue la boda civil «lo hicimos a las doce de la mañana del 22 de julio, los dos solos con nuestros testigos y a las tres cogíamos el AVE para cenar en Cádiz. Al día siguiente, nos fuimos al hotel Le Mirage en Tánger que era un sitio nuevo para los dos. Así comenzó nuestr a Luna de Miel». Y después de una boda, lo siguiente son los hijos «¿adoptar? Yo puedo tener hijos, pero es algo que no nos hemos planteado». Lo que sí comparten los marqueses de Griñón es el gusto por vivir en el campo «Carlos madruga y se pasea por las viñas, yo me levanto más tarde y salgo a correr, luego desayunamos juntos. A Esther Doña le une una amistad con Rosa Clará de la época en la que la marquesa era modelo y de ahí que ahora la apoye y más en estos momentos tensos que se viven en Barcelona «yo creo que la situación es triste y difícil. Mi empresa es internacional y no voy a entrar ni en temas políticos. Con Esther no tenemos ningún contrato, tenemos amistad pero con su tipazo y clase si podemos contar con ella contaremos siempre». La diseñadora catalana inauguraba anoche, en la calle Isabel II, 23 de Santander, su tienda de 120 metros cuadrados con todo lo necesario para salir vestida directa a una boda, tanto si se es la novia como las invitadas porque también disponen de una amplia colección de fiesta.

Por cierto, en la tienda cántabra se encuentran los dos trajes que la nueva marquesa de Griñón lució en la fiesta de celebración de su boda en el palacio de El Rincón en Madrid. La diseñadora catalana no quiso entrar en detalles de cómo están viviendo la situación de fragmentación en Cataluña pero sí que sienten muchísima tristeza y preocupación y más ahora que muchas empresas establecidas en Cataluña han comenzado a instalar su sede social fuera de Cataluña ante el riesgo de una proclamación unilateral de independencia y el colapso que eso supondría. Rosa Clará es la número uno mundial del diseño nupcial, sus tiendas se extienden por medio mundo con un abanico de precios que facilita el acceso a todos los presupuestos.