Los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, han asegurado que el decreto que apruebe el Gobierno este viernes para reformar la negociación colectiva sólo será eficaz si cuenta con un «acuerdo interconfederal» entre empresarios y sindicatos para darle forma, porque de lo contrario «será papel mojado, ya que en España todo lo que ha sido «impuesto, o no ha funcionado o ha generado más problemas».
Durante una entrevista en TVE, los líderes sindicales volvieron a llamar la atención sobre un hecho «incontrovertible», que la propuesta de la patronal madrileña (CEIM), que endurecía las condiciones de la reforma por parte de los empresarios surgió el 24 de mayo, dos días después de las elecciones autonómicas y locales,por lo que el ambiente electoral también ha influido, si bien como reconoció Toxo también ha influido el ajuste exigido a Portugal por parte de la UE, ya que «muchos empresarios aspiran a ese modelo. Méndez definió la situación que atraviesa en estos momentos la CEOE afirmando que «lo viejo no acaba de morir (en referencia a la potura maximalista e inflexible de CEIM) y lo nuevo no acaba de nacer» (ya que Juan Rosell debe abrirse paso para que ser tenido en cuenta).
En sintonía con lo dicho por Toxo, Méndez también concretó que «lo mejor en este tipo de reformas es el acuerdo», e incluso «lo que diga el Gobierno y ratifiquen las Cortes, deberá ser sometido a los agentes sociales». El líder de UGT dejó claro que las únicas reformas que han funcionado en España son las «pactadas», y la que salga de las Cortes «no es el documento de los sindicatos».
Toxo y Méndez, asimismo, confirmaron que este martes recibieron el documento de reforma que aprobará el Gobierno el próximo día 10. Méndez adelantó que el Gobierno va a mantener la cobertura de los convenios (el derecho de todo trabajador a tener un convenio con independencia del tamaño de la empresa), lo que consideró un «punto de equilibrio interesante», ya que «hay otros temas que nos gustan menos», pero que deberán ser aplicados «irremisiblemente» por patronal y sindicatos.Por su parte, Toxo aseguró que el documento del Gobierno «mantiene los elementos central de la negociación colectiva», y abre un «campo grande» como la flexibilidad interna.
Bruselas y los lobbies financieros
Otro de los aspectos ampliamente criticados por los líderes sindicales han sido las nuevas exigencias de Bruselas. Toxo justifica todos los recortes sociales y todas las políticas que se están exigiendo desde la UE al «impulso de los lobbies del mundo financiero europeo, y en especial, del alemán y el francés que están intentando recuperar sus préstamos a toda costa y «pueden conducir a un auténtico desastre». Para el líder de CCOO las políticas que estás exigiendo no solucionan los problemas, ni ayudan a la recuperación y lo único que hacen es «provocar la ruptura social». Por este motivo, Toxo volvió a apelar a los «pactos de Estado» para salir de la situación, ya que en España hay márgenes suficientes frente a los «sarcasmos» que se están produciendo de primero pedir una reforma de pensiones porque el sistema estaba «al borde de la quiebra» y varios meses después «pedirnos un recorte de las cotizaciones sociales» y, para remate, que subamos el IVA para contraer aún más el consumo.
«Vamos por muy mal camino«, aseguró Méndez, quien acusó a la Unión Europea de pretender «hundirnos un poco más». A su juicio, el problema no es que las recetas que da la UE no funcionen, sino que «el problema son las recetas«, mientras dejan que «nos masacren el sector hortofrutícola por la histeria de una dignataria alemana». El líder de UGT fue contundente: «la CE debe rectificar su política y planteamientos, que tienen como única misión que los bancos alemanes cobren sus deudas».
Por último, Méndez pidio un «esfuerzo de sinceridad», dado que la economía tiene «una heria muy grave» y las soluciones no son sencillas. El problema, según dijo, es que «la gente vende humo» mientras no se resuelven los problemas clave como son el estrangulamiento del crédito, dar con la solución que facilite la recupearción económica, reducir la excesiva dependencia de la construcción y que las pequeñas empresas y las microempresas se adapten a las nuevas necesidades del mercado. Y junto a ello, lo peor es que «no hay dinero» para afrontar el sobreendeudamiento de las entidades financieras, de las empresas y de las familias. Esta situación «nos obliga a pedalear», sin poder recurrir al erario público (sin justificación clara) y culpando a parados y sindicatos o a la rigidez de la negociación colectiva, la misma que en el ciclo expansivo creo millones de puestos de trabajo.
Parra los líderes sindicales hay «alternativas» para combatir esta situación diferentes a las que «receta» la UE, como por ejemplo rehabilitar las más de 2 millones de viviendas en malas condiciones o hacer que se cumpla el Tratado Europeo o que «los bancos paguen el desastre que han generado«. Un paso adelante sería que la ue se dote de instrumentos de gobierno económico comunes, con la armonización fiscal y evitando el dumping que algunos países utilizan para ser más competitivos.
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