Amundi cree que la dispersión de valoraciones ayuda a encontrar oportunidades

17/10/2017

Miguel Ángel Valero. La gestora de Credit Agricole considera que lo fundamental es evitar el riesgo, entendido como "deterioro permanente del capital invertido".

La presión de la actualidad obliga a los gestores de Amundi, Myles Bradsha y Andreas Wosol, a hablar prácticamente de todo lo divino y humano. De la economía, «es la primera vez que tenemos un crecimiento tan prolongado como equilibrado»; del Brexit, «la negociación va a ser muy lenta, por que es en un problema político local, de los conservadores británicos»; de la concentración en la industria de la gestión de activos, «es un negocio que necesita economías de escala, pese a que crece», «lo importante es destinar parte de los ingresos extraordinarios a dar al inversor más rentabilidad»; MiFid II, «la transparencia siempre es positiva»; el Bitcoin, «no terminamos de entender su valor económico, salvo si lo que hay detrás es una actividad ilegal».

Pero tras las cuestiones de actualidad, una reafirmación del estilo de gestión de Amundi. Los expertos de la gestora de Crédit Agricole subrayan que la dispersión de las valoraciones sigue «elevada». Y que precisamente esa dispersión refuerza la estrategia de Amundi, su énfasis en «evitar la pérdida de valor de la inversión permitiendo el crecimiento a largo plazo», ya que al ampliar el horizonte temporal se reduce el riesgo.

Esto se trata de conseguir poniendo el acento en cuatro aspectos:

1-búsqueda de compañías viables que cotizan con un descuento significativo

2.-énfasis en la inversión de «margen de seguridad»

3.-enfoque sin limitaciones y ponderado

y 4.-horizonte de inversión a más largo plazo y baja rotación.

El planteamiento de Amundi se basa en que «el riesgo está ligado a fundamentales del negocio, no al precio de la acción», y que es «el deterioro permanente del capital». Pero los expertos de la gestora advierten: «una pérdida temporal no es deterioro permanente». El deterioro de capital se produce cuando una empresa sufre de apalancamiento excesivo y de sobrevaloración, tiene un débil modelo de negocio, y el comportamiento del equipo gestor es «excesivo».

Para evitar el deterioro «permanente», la gestora se apoya en cuatro principios: margen de seguridad, diversificacióin, bajo apalancamiento, y cartera equilibrada.

Es poner el énfasis en el valor, no únicamente en el precio, a través de tres pasos:

1.-calcular el valor real de una empresa

2.-establecer un margen de seguridad

y 3.-esperar al precio adecuado

«Sólo miramos el potencial de ganancias normalizado», insisten en la gestora, que, «generalmente», se fija en dos modelos de negocio muy diferentes:

1.-valor básico: inversiones tradicionales, negocios relacionados con las materias primas, margen de seguridad superior al 30% frente al valor de los activos o del poder  de generación de ingresos muy infravalorado

y 2.-beneficios sistemáticos: empresas de «calidad» baratos, basadas en «franquicias», con diferenciales de rentabilidad «sistemáticamente positivos», con un crecimiento «uniforme de la rentabilidad, pero cuya valoración sugiere un enfriamiento», y margen de seguridad del 20%, que reconoce «la calidad» de las compañías

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