La España del pufo y la hortaliza

08/06/2011

Luis Díez.

Catorce días después de las primeras muertes provocadas por la bacteria de Hamburgo de origen desconocido –han fallecido 22 personas y más de 2.000 han enfermado en el momento de escribir esta crónica– y de las insensatas acusaciones infundadas contra los pepinos españoles por parte de doña Cornelia Prüfer –ya conocida como la “señora pufos”–, el pleno del Congreso pidió cuentas el miércoles al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, al vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba y a las ministras Leire Pajín y Rosa Aguilar sobre la gestión de la crisis hortofrutícola. Lo más importante para los agricultores es que el Gobierno considera “manifiestamente insuficiente” la compensación de 150 millones de euros de la Unión Europea para reparar el daño a España y a otros países, y, junto con otros ocho Estados miembros, ha solicitado al comisario del ramo una valoración superior y más ajustada al hundimiento de nuestras exportaciones de hortalizas. De acuerdo con el sector, el Ejecutivo pondrá en marcha una campaña para recuperar el buen nombre y el consumo de nuestros productos hortofrutícolas en el exterior –sólo Almería produce por valor de 3.000 millones de euros al año– y ayudará a los agricultores con créditos del ICO. Estos fueron los anuncios del presidente Zapatero en respuesta a Josep Antoni Durán i Lleida, quien enumeró los daños sobre los pimientos, las sandías, las cebollas y… “el calabazín”, le sopló la socialista Elena Valenciano. “También el calabazín”.

Para el PP lo más relevante es que el Gobierno ha actuado “tarde y mal”. El presidente “tardó siete días en llamar a la canciller Merkel”, afirmó el ex ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete; “tardó más de siete días en presentar los resultados microbiológicos sobre los pepinos, más tarde que el Gobierno holandeses”, recordó el diputado catalán del PP José Ignacio Llorens y, lo más reprochable, “el señor Rubalcaba sólo se ocupó del tema porque estaba de paso en Andalucía en su campaña de las primarias”, dijo Soraya Sáenz de Santamaría. La invectiva de la portavoz popular contra el vicepresidente primero fue enérgica y acerada. “Hace veinte años, usted era Rubalcaba en la administración del señor González y aunque ahora sea el candidato Alfredo, usted es lo último que necesita España”, le dijo. Su compañero Ignacio Cosidó abundó en la carga y le pidió que abandonara el Gobierno por el bien del Ministerio del Interior, a lo que Rubalcaba respondió con cifras positivas de su gestión en materia antiterrorista, de lucha contra la delincuencia, la inmigración ilegal y los accidentes de tráfico.

Naturalmente, el candidato Alfredo y los ministros concernidos negaron la falta de reflejos ante la acusación de las autoridades alemanas y sostuvieron que tanto en materia de salud como en defensa del mercado hortofrutícola desmintieron en veinticuatro horas la afirmación de la señora Prüfer, senadora y responsable sanitaria de Hamburgo. Además, según Pajín, se adoptaron medidas de salud pese a la falta de alerta sanitaria de la UE y al desinterés de algunos responsables autonómicos del PP, y, según Rosa Aguilar y el propio Zapatero, se movilizó al cuerpo diplomático para defender la salubridad de nuestros productos. Esa movilización dio poco resultado, pues algunos países árabes, Rusia y Estados Unidos cerraron sus fronteras a nuestras hortalizas –la producción más potente del sur de Europa– y de otros países de la UE, como subrayaron Durán i Lleida y Arias Cañete. Éste criticó la inoperancia de la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez –de viaje en Libia– y obligó a Rosa Aguilar a desgranar las gestiones de su amigo, el secretario de Estado de relaciones con la UE, Diego López Garrido, en el perjudicial asunto.

El pleno registró también la ya tradicional queja de Mariano Rajoy a Zapatero por la falta de crédito a las pymes y de confianza de los inversores, a lo que el presidente contestó que el crédito sólo se mantiene estancado en la construcción, pero se va recuperando en los demás sectores y que “después de lo que hemos visto estos días, usted y su partido podrían hacer algo para general esa confianza”. Se refería a las manifestaciones la de la secretaria general del PP y nueva presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, proclamando la “situación de quiebra” de dicha comunidad. Ha habido abundante gasto preelectoral del presidente saliente, el catedrático José María Barrera, y puede haber pufos, pero no hay que exagerar la situación ni, mucho menos ponerse como la señora Prüfer. O, como dijo Rosa Aguilar, “a ver si por una vez se ponen de parte de España y no de Alemania”.

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