Help Catalonia. Qué alegría de vídeo como triunfo de la auto-ficción. Ni Truman Capote, ni Emmanuele Càrrere: la modernidad narrativa está en el vídeo producido por Òmnium. Una de las bondades ficcionales del relato del vídeo es el pacifismo del movimiento independentista, estas gentes abiertas a la diversidad que buscan solamente la repatriación de sus derechos fundamentales, extirpados por la dictadura de España, que ellos anhelan recuperar entre cánticos espirituales y sentadas zen. No se explica entonces cómo la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha enviado a prisión a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, líderes de la Asamblea Nacional Catalana y del propio Òmnium, las fundamentales entidades movilizadoras del independentismo, por un delito de sedición. Total, si los dos líderes sólo habían organizado las protestas del 20 y el 21 de septiembre, con 40.000 personas convocadas a través de las redes sociales frente a la Consejería de Economía de la Generalitat, en el Paseo de Gracia, para quejarse por las detenciones de 11 altos cargos que se ocupaban de organizar el referéndum ilegal. Total, si la secretaria del Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona sólo tuvo que salir de la Consejería de Economía de la Generalitat por una azotea y luego confundirse entre la gente que salía de la función del teatro. Total, si sólo se destrozaron tres todoterrenos de la Guardia Civil, con daños valorados en 135.600 euros. Total, si los propios guardias civiles tuvieron que salir de la Consejería escoltados, con serio riesgo de linchamiento.

Help Catalonia. De los violentos españoles especialmente. Como el centenar de la organización juvenil Arran que se concentró este jueves frente a la sede del PP en Sant Cugat del Vallés, para abuchear a Xavier García Albiol, presidente del PP catalán, y a Santi Rodríguez, su secretario general. Arran-Sant Cugat, vinculada a la CUP y el Comité en Defensa de la República del municipio, había anunciado la manifestación en Twitter la manifestación: “Albiol, no eres bienvenido”. Se congregaron antes, sobre las 17:30, para prepararse, y Albiol no pudo comparecer ante los medios en la calle, porque la calle, ahora, en Sant Cugat del Vallés, pertenece solamente a la CUP. El objetivo: pedir la libertad para los “presos políticos” Sánchez y Cuixart. Presos Políticos: prueba a quemar tres coches de la Guardia Civil en la Puerta del Sol, a ver qué pasa. Pero esta vez los Mossos d’Esquadra se desplegaron y protegieron a Albiol al entrar y al salir.

Help Catalonia, sí. Pero ¿frente a qué? A uno puede gustarle García Albiol más o menos, incluso puede no gustarle nada. Pero tiene derecho a inaugurar la nueva sede de su partido Sant Cugat sin que le partan la cara, sin que le insulten, sin que la pacifista concentración independentista muestre su auténtica naturaleza, tan alejada del idílico planteamiento del vídeo de documental-ficción. Nos estamos acostumbrando a tal relato de embustes que la literatura más imaginativa se ha convertido ya en una narración política, y sus escribidores en líderes del paraíso imposible.