La revisión del crecimiento en 2010 para el BBVA se debe a que, según los datos disponibles, el sector exterior de la economía se ha comportado bastante mejor de lo esperado hace unos meses y ello está contrarrestando la caída del consumo privado registrada en el tercer trimestre, derivada de la subida del IVA y la finalización de las ayudas a la compra de automóviles.

Según esto, el BBVA estima que el crecimiento intertrimestral de junio a septiembre de este año ha sido prácticamente plano pero que estadísticamente supondrá un aumento de una décima. Es lo mismo que dijo hace unos días el director de la Oficina Económica del Gobierno.

Con esta cifra se aleja el temor a que la economía española volviera a caer en recesión en este año y la cifra a final de año será de una caída de dos décimas.

La revisión al alza de las previsiones también afecta al año próximo. El BBVA estima que la economía crecerá nueve décimas, dos más que en su anterior previsión, acercándose a la estimada por el Gobierno que es del 1,3%.

Aunque estas estimaciones se estrechan lo cierto es que el BBVA considera que la composición interna del crecimiento económico será muy diferente al que ha dibujado el Gobierno. Para el banco la demanda interna no registrará crecimiento alguno en 2011, mientras que el Gobierno estima que será el principal motor del crecimiento, y será el sector exterior quien aportará las nueve décimas de crecimiento. El Gobierno considera que el sector exterior contribuirá positivamente pero menos que la demanda interna.

La ‘guerra de divisas’ que está provocando una fuerte apreciación del euro respecto a lo que sería su nivel de equilibrio no preocupa en exceso en el BBVA porque la mayor parte del comercio exterior de España se realiza con países de la zona euro y porque, en los últimos tiempos, las empresas españolas están consiguiendo tasas de penetración de su productos muy importantes en las zonas de mayor crecimiento como China, Asia en su conjunto y América Latina.

Para el banco, el ajuste del gasto público en 2011 será muy importante y el escaso nivel de creación de empleo que se producirá no compensará esa restricción. El BBVA discrepa de las previsiones del Gobierno acerca del ritmo de descenso de la tasa de ahorro sobre la renta disponible de los ciudadanos. El Ejecutivo estima que se van a liberar recursos que se destinarán al consumo mientras el banco entiende que esa liberación será menor y que, en todo caso, empresas y particulares destinarán una cantidad importante a reducir su nivel de endeudamiento.

El mayor optimismo del BBVA sobre el futuro también se refiere a la consecución de los objetivos de reducción del déficit público. Según sus estimaciones no habrá problemas para cerrar 2010 con un déficit del 9% ni tampoco alcanzar el 5,9% en 2011. Incluso señala que, a la vista de la evolución de los ingresos, es muy probable que el año próximo haya una holgura en ellos y que sería conveniente destinar el exceso de recaudación a bajar más el déficit porque sería muy bien interpretado por los mercados financieros. El responsable del servicio de estudios cuantificó en dos o tres décimas el descenso adicional del déficit que podría conseguirse gracias a los mayores ingresos.

El mercado laboral es, para el banco, el que más tarde va a reaccionar en sentido positivo. En todo caso estima que el proceso de destrucción de empleo terminará en los primeros meses de 2011 y que en la segunda parte del año habrá una creación tenue de empleo que no impedirá que la tasa de paro se mantenga en el entorno del 20%.