Los ingresos de la Seguridad Social mejoran. Todavía no lo hacen un ritmo suficiente como para enterrar los ‘números rojos’ del pagador de las pensiones. Pero crecen a buen ritmo, un 5,16% – 2,2 puntos más que el año pasado – llegando a rozar hasta septiembre su mejor cifra en los últimos once años, casi 80.500 millones de euros.

La Seguridad Social recaudó por cuotas hasta septiembre un total de 80.465 millones de euros. Se trata de la mejor recaudación hasta la fecha de los últimos once años. Y deja el déficit ligeramente por encima de los 6.000 millones de euros, cuando faltan todavía por pagar cuatro nóminas – tres ordinarias y una extraordinaria – en el sistema público de pensiones.

El dato es indicativo de la mejora del empleo. Y así lo acredita el hecho de que las cotizaciones por ocupados crezcan incluso por encima que el conjunto del sistema.

Así, las cotizaciones por ocupados crecieron hasta septiembre un 5,77%.

Un ritmo de crecimiento cercano al 6% que acredita la buena marcha del empleo durante los nueve primeros meses del año, en relación con 2016, un año que ya había sido bueno en esta materia.

Bajan las cuotas por desempleados

Por el contrario, las cotizaciones por desempleados, que el Estado abona en tanto una persona permanece en el desempleo y cobrando una prestación – a fin de no perjudicar su carrera de cotización – mermaron a un ritmo del 4,2%; mientras que, el año pasado, lo hacían a ritmo todavía más alto, el 7,32%.

Todo lo anterior se refiere a derechos reconocidos. Pero si hablamos del dinero que efectivamente entró en las arcas de la Seguridad Social, la recaudación mejora incluso los datos en relación con el otro criterio contable, al avanzar los ingresos por cotizaciones un 5,23%, su mejor dato desde 2008; lo que ha aportado 4.000 millones más al sistema del que entró el año pasado según idéntico criterio.

Pero los números rojos siguen

Estos datos, no obstante, no logran taponar el agujero abierto en las cuentas de la Seguridad Social, que acumulan desequilibrios desde el año 2012, y cuya evolución no permite augurar muchas alegrías para los próximos años.

Y es que, a pesar de que las pensiones permanecen semicongeladas – lo que este año mermará el poder adquisitivo de los pensionistas debido a la superior alza de los precios–, no existen previsiones de que el instituto social vaya a lograr encauzar sus cuentas al menos hasta 2020.

En 2017, hasta septiembre, el déficit se redujo, alcanzando los 6.011 millones de euros; unos 140 millones menos que el año pasado.

Así, aunque los ingresos crecen a buen ritmo, la recaudación, que por diversas vías alcanza los 97.214 millones, no permite cubrir al completo las obligaciones contraídas por el pagador de las pensiones, que rondaron 103.225 millones de euros hasta septiembre.

La mayor parte de esas obligaciones se corresponde con prestaciones a familias e instituciones, que superan los 96.966 millones de euros. Dentro de ellas las pensiones contributivas conforman el grueso del gasto, unos 82.420 millones de euros, un 3,42% más que el año anterior.