Se trata de una crisis familiar que ha supuesto la división de la compañía y la creación de una nueva marca: Twenty One 21, a cargo de su hija Esther.
La decisión de lanzar esta nueva marca se produce después del enfrentamiento familiar que se vivió entre septiembre y octubre del pasado año, cuando los hijos y la ex mujer de Luis Llongueras mantuvieron un sonado choque que llevó a la división del imperio Llongueras y a la creación de una nueva compañía a cargo de Esther, la hija del fundador, que echó un órdago a su padre, el reconocido estilista Luis Llongueras, y en unión de su madre Lolita Poveda y de su hermano Adan, creó la marca Twenty One 21 con 25 de los salones más importantes de la compañía. Hace muy pocos días que la nueva empresa Twenty One 21 ha empezado a funcionar y los rótulos con el nuevo nombre ya están en los salones. Un equipo de 300 estilistas trabajan ya en estos salones situados en las mejores zonas de las capitales de España para dar un tratamiento personalizado a su público. Todo esto supone un cambio profundo en más de la mitad de los establecimientos estrella que tenía hasta el momento Llongueras, que renovará su imagen externa y su cultura empresarial.
Para entender la creación de esta nueva marca hay que recordar la mala relación del peluquero con sus hijos, fruto de su primer matrimonio. El estilista creó una nueva familia y, desde entonces, la relación con los dos hijos de su primer matrimonio ha sido prácticamente nula. No es la primera vez (ni será la última) que la guerra entre poderosas familias económicas afecta a sus empresas. Véase el ejemplo del caso de El Corte Inglés, del Grupo Eulen o el de las Galletas Gullón, donde los enfrentamientos entre sagas familiares han llevado a la división o al reparto de la empresa, algo bastante habitual en grandes compañías que al llegar a la tercera generación no pueden evitar el choque entre los herederos. Ahora le ha tocado el turno a Llongueras y Esther Llongueras se ha decidido a dar un paso adelante alejándose de la marca tradicional y creando la suya propia, lo cual supone una renovación completa y una búsqueda de la excelencia en el servicio a sus fieles clientes, porque si algo ha tenido la marca en todos estos años, ha sido la fidelidad de su público, en base a una labor bien hecha que combinaba vanguardia y profesionalidad. Hoy, la nueva marca Twenty One 21 se ha concebido para la mujer y el hombre que necesitan diferenciarse y huir de lo estándar y que buscan calidad y profesionalidad en su imagen personal, tan importante en la sociedad actual.
La filosofía empresarial de esta nueva marca de belleza “es una clara apuesta por la imagen con identidad propia e irrepetible» según nos indican desde la empresa que, como meta para los próximos años, va a apostar por la belleza en la rama de maquillaje, puesto que el terreno cabellos ya están bien asentados. Esther Longueras también se plantea crear su propia escuela de peluquería, base fundamental para fomentar y consolidar la marca, porque sin investigación y sin preparación de profesionales el trabajo no tiene tan buenos resultados. «En Twenty One 21 no sabemos trabajar sin personalizar. Para nosotros cada persona es una historia nueva, una idea diferente. Además, en nuestros salones no existen dos cortes iguales, ni dos maquillajes iguales, porque todos nuestros estilismos son personalizados”, explica Esther Llongueras.
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