Sí, la tecnología propicia el ciberacoso, pero también ayudar a combatirlo. Ese es el objetivo, por ejemplo, del proyecto “Asignatura Empatía”, en el que han participado hasta ahora 1.395 alumnos de primero y segundo de la ESO, de doce institutos públicos de la Comunidad de Madrid: los escolares han visualizado un vídeo de Realidad Virtual, desarrollado por Samsung junto con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, con el que se quiere concienciar sobre este problema que en España sufre uno de cada diez alumnos, según han dicho hoy en la presentación de los resultados de esta iniciativa.

El resultado de esta experiencia piloto, que se extenderá a otras comunidades autónomas, ha sido muy positivo, según un estudio de la consultora Ipsos que evaluó la eficacia de la iniciativa con encuestas a los escolares antes y después de que los chavales se adentraran en la Realidad Virtual.

“La acción contribuye a que sean más conscientes de los que es el acoso y el poder de las redes sociales como medio para acosar. También consigue que haya menos pasividad y que si presencian un acoso lo denunciarán”, ha explicado la responsable del estudio que revela que, después de ver el vídeo, el 38 % lo contarían a los profesores, el 26 % a los responsables en temas de bullying, el 24 % a orientadores y el 18 % a los propios compañeros. Está claro que cuando unes tecnología y jóvenes, estos lo disfrutan y se involucran más, especialmente con la Realidad Virtual con la que aumenta la atención un 90 %.

En el acto de presentación han intervenido Rafael van Grieken, consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Marco Aurelio Rando, director general de Evaluación y Cooperación Territorial del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD), y Javier Urra, doctor en Psicología, doctor en Ciencias de la salud y primer Defensor del Menor. Este último resaltó un hecho que ha descubierto a través del trabajo con la Asociación para la Gestión de la Integración Social (GINSO): “Algunos niños que han sido víctimas de acoso escolar acaban agrediendo a sus padres y específicamente a su madre. Es decir, que derivan la frustración en agresión de la escuela al hogar. Y quien agrede a su madre, más que posible y probable, lo haga con su pareja. Hay un hilo conductor entre violencia escolar, violencia parental y violencia de género”.

El psicólogo señaló la importancia de “educar en la empatía, ya que la revolución del hombre en la sensibilidad todavía no se ha dado”. E instó a los niños a que sean valientes y no se dejen amedrentar por el “matón” de clase y a que se hable del acoso escolar para que aflore el problema, porque así es la forma de superarlo.

Marco Aurelio Rando, del Ministerio de Educación, destacó la puesta en marcha hace un año del teléfono contra el acoso escolar y los malos tratos en los centros educativos, el 900 018 018, así como las guías de prevención para la comunidad escolar y el proyecto “Asignatura Empatía”, el cual “pretende transmitir un mensaje positivo porque lo que mejor soluciona los problemas de convivencia es que los componentes del grupo se impliquen en él y el vídeo de Realidad Virtual ayuda a concienciar”.

Por su parte, Rafael van Grieken, consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, puso el acento en la campaña iniciada recientemente, la principal de este año, con el lema «Si tú fueras yo», que “incide precisamente en ese poder del grupo, en la inteligencia emocional y, sobre todo, en el valor de la empatía y ahí enlaza perfectamente con esta “Asignatura Empatía”, la cual demuestra, según van Grieken, que aunque uno de cada cuatro casos de acoso escolar está relacionado con el uso de redes sociales, la tecnología también ayuda a luchar contra este problema. Y añadió: “En este curso, nuestro propósito es extender esta iniciativa de Realidad Vitual a todos aquellos centros que voluntariamente lo quieran realizar, con la constatación de que este proyecto funciona”.

El consejero también subrayó el éxito del test online que se ha puesto a disposición de los colegios e institutos y que “se ha convertido ya en una herramienta que demandan los profesores para que los docentes puedan detectar los potenciales casos de acoso en los centros. Con una muestra de 268 centros que realizaron el test en los dos primeros cursos, hemos constatado ya una reducción del 53% en el número de potenciales víctimas de acoso físico o verbal dentro de estos grupos”.

Como concluyó van Grieken, “entre todos y todas las iniciativas están cambiando las cosas, y se está tomando mucha conciencia del problema, de cómo detectarlo y cómo poder prevenirlo o atacarlo para intentar erradicarlo de las aulas”.